EL MUNDO 17/10/13
CARLOS SEGOVIA
· El PP vasco quiere que el Gobierno central se implique en el salvamento de la emblemática Fagor y se estudia la participación del Instituto de Crédito Oficial
Cualquier proveedor del resto de España que quiera firmar un pedido con Fagor Electrodomésticos y aproveche para darse un garbeo por el centro de Mondragón verá los carteles que suelen adornar esta villa gobernada por Bildu y hasta puede que se encuentre en algún restaurante con el etarra Bolinaga. Si a eso une que la que fuera directora de Consumo del Gobierno vasco, Belén Greaves, llegó a poner de ejemplo de presencia internacional de Fagor que sus ollas fueron utilizadas en el terrible atentado de la maratón de Boston, el proveedor del resto de España se puede llevar una impresión indescriptible.
Pero el grupo Mondragón es un gigante de la industria española y Fagor Electrodomésticos, su emblemático germen desde que el sacerdote José María Arizmendarrieta fundara la cooperativa Ulgor en los años cincuenta. Ésta devino en Fagor y a su alrededor la constelación Mondragón que ha roto ahora uno de los principios fundacionales, el de la solidaridad cooperativa, al no salvar a su hermana Fagor Electrodomésticos del preconcurso de acreedores. La empresa y el territorio en el que se encuentra tiene todos los ingredientes como para que la líder del PP vasco, Arantxa Quiroga, pida la máxima implicación del Gobierno central y hacer ver a la izquierda abertzale que cuando hay problemas, el odiado Estado español es el que llega para resolverlos. Apenas minutos después del comunicado de Fagor anunciando la mala nueva, la portavoz del PP en las Juntas Generales de Bizkaia, Esther Martínez, ya afirmó que «en estos delicados momentos se hace imprescindible la implicación de las distintas administraciones para solventar esta crisis». El Banco de España ve por su parte al grupo Mondragón como una unidad de riesgo y no quiere que salpique a Caja Laboral ni a aseguradoras.
De momento, el Gobierno central mantuvo ayer oficialmente silencio. El peso recae en el ministro de Economía, Luis de Guindos, porque el instrumento más rápido para dotar de liquidez y ayudar a la refinanciación de Fagor es el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Fuentes próximas al Ministerio señalaron ayer que está en estudio la participación del ICO, aunque resaltaron que siempre bajo el principio de no ofrecer un trato distinto al que daría a otras empresas.
De momento, el diputado general de Guipúzcoa y dirigente de Bildu, Martín Garitano, señaló que la solución «es competencia del Gobierno vasco». Por su parte, Arantxa Tapia, la consejera de Economía del Ejecutivo de Urkullu, apuntó como responsable a la Corporación Mondragón por dejar en la picota a Fagor. Ésta, a su vez, repuso que no tenía margen para poner más dinero. Unos se culpan a otros en Euskadi y la casa queda por barrer sin más escoba clara, como siempre, que la del Estado.