ABC 26/10/13
· Ambos se reunieron en secreto esta semana y constataron su acuerdo para frenar la consulta de Mas.
· Alternativa sin detallar Según la vicepresidenta, «la propuesta constitucional debe ser concretada por quien la proponga» Sin consenso, inabordable «La reforma debe iniciarse con acuerdo para que se cierre satisfactoriamente», avisó Santamaría.
Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba no solo están hablando con más frecuencia últimamente, sino que se reunieron en secreto esta semana para tratar, entre otros asuntos, el problema político de Cataluña. Lo confirmó el presidente del Gobierno cuando salía de la rueda de prensa que ponía punto final a la cumbre europea de Bruselas. A Rajoy no le interesan los modelos federales, simétricos o asimétricos, ni las aventuras políticas que se van planteando al calor del desafío independentista de Artur Mas. Al jefe del Ejecutivo le importa la estabilidad política e institucional, según explicó, y en ese sentido valora especialmente las coincidencias que ha encontrado con Rubalcaba durante sus charlas. La más trascendental, la defensa de la soberanía nacional, consagrada en la Constitución española, que pone en manos del pueblo español cualquier cambio que le afecte. Rajoy y Rubalcaba coinciden en que es un principio básico intocable, lo que supone de hecho un rechazo frontal a la intención del presidente de la Generalitat de convocar una consulta independentista en Cataluña.
Choques y diferencias
A partir de esa coincidencia con Rubalcaba que Rajoy considera «esencial», se producen los choques. Para empezar, el jefe del Ejecutivo cree que una reforma de la Constitución, como la que propone el secretario general de los socialistas, no es factible porque falta lo más básico: un consenso al menos tan amplio como el que se logró en 1978 y un objetivo claro sobre lo que se quiere modificar, condiciones que sí existieron las dos veces que se ha reformado la Carta Magna hasta este momento (la última, en el verano de 2011, para incluir el principio de estabilidad presupuestaria en el artículo 135, que se materializó gracias al acuerdo entre el PSOE y el PP).
Por eso, el modelo federal que ayer planteó Rubalcaba a Artur Mas en la reunión que mantuvieron en Barcelona no gusta nada a Rajoy. La reunión de Barcelona se ha producido, por cierto, poco después del encuentro del jefe Artur Mas, en el momento de la llegada de Rubalcaba y Navarro del PSOE con el presidente del Gobierno en el que constaron su acuerdo sobre la línea roja infranqueable de la soberanía nacional, pero también que a partir de ahí discrepan en las soluciones posibles. Rajoy admitió que no conoce la propuesta federal de Rubalcaba, si bien tampoco muestra mucho interés por saber sus detalles. El presidente del Gobierno lo rechazó así, con muy pocas palabras: «Ir a no se sabe dónde no es lo mejor. Lo que se necesita es estabilidad política», justo cuando España empieza a salir de la crisis económica y mira con más optimismo hacia el futuro.
Desde Madrid, la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, incidió en que se trata de una propuesta desconocida al considerar que la «reforma constitucional deberá ser concretada por quien la proponga». Y respaldando la postura de Rajoy marcó la misma prevención «la reforma debe iniciarse con principio de acuerdo para que pueda cerrarse satisfactoriamente, sabiendo muy bien lo que defiende cada uno», advirtió. No hace falta más que repasar el último Debate sobre el estado de la Nación para constatar que ese acuerdo no existe, hoy por hoy, en el Parlamento. Es más, para Sáenz de Santamaría «está lejos de haberlo».
«Creo en la Nación»
El rechazo de Rajoy al sistema federal, con el que los socialistas tratan de contentar a los nacionalistas catalanes, se basa en la propia concepción de la nación española. El presidente del Gobierno sacó a relucir de nuevo ese discurso al que recurre cuando se discute el ser o no ser de España: «Yo creo en la existencia de la nación española, que es la nación más vieja de Europa, creo que a todos nos ha ido muy bien y creo que Cataluña es una parte importantísima y sustancial de esa nación española. Nos unen muchos lazos y, además, ahora el mundo avanza en procesos de unión».
Como ya explicó en Barcelona durante su intervención en el foro mediterráneo del pasado miércoles, Rajoy insistió en que la división y la separación va en dirección contraria a los tratados que se están firmando.
ABC 26/10/13