ABC – 29/06/15
· El Gobierno radical de Syriza impone el control de capitales y limita a 60 euros la retirada de efectivo a partir de hoy y, al menos, hasta el 7 de julio.
El órdago del Gobierno populista griego ha producido –como se temía– el caos en la economía helena. El primer ministro, Alexis Tsipras, confirmó ayer que ha dado instrucciones para el cese de actividades de la banca y la Bolsa, y para la imposición de un control de capitales que limita a 60 euros la retirada de efectivo.
El «corralito» ha llegado a Grecia horas después del anuncio por parte del Banco Central Europeo (BCE) de que mantiene su ayuda de emergencia, pero sin aumentarla. El sistema financiero heleno sostendrá a duras penas la liquidez, pero no podría hacer frente a la estampida producida por la ruptura de las negociaciones. De ahí el inevitable control de capitales por el Gobierno griego.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha llamado al líder del PSOE, Pedro Sánchez, y ha convocado una reunión de la Comisión de Asuntos Económicos con el fin de analizar la situación tras agudizarse la crisis griega, para adoptar las medidas necesarias que limiten el contagio.
La canciller alemana, Angela Merkel, convocó para hoy una reunión con los líderes de todos los partidos políticos del Bundestag para informar de la situación, y mantuvo una conversación telefónica con el presidente norteamericano, Barack Obama, con la idea de transmitir cierta calma.
El presidente francés, François Hollande, ha previsto un Consejo de Ministros extraordinario; y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció una comparecencia para el mediodía de hoy.
En medio del terremoto causado en Atenas por la actitud del Ejecutivo de izquierda radical, empeñado en ignorar sus responsabilidades respeto a sus ciudadanos y sus socios, la UE encara la semana que ha de llevar al referéndum del día 5 en medio de las peores turbulencias de su historia.
Aunque Tsipras también dijo que los depósitos de los ahorradores griegos «están plenamente garantizados» no pudo precisar cuánto tiempo estarán cerrados los bancos. Se espera, sin embargo, que la medida durará al menos una semana, hasta después del referéndum. Por supuesto, la Bolsa de Atenas está también clausurada.
El líder griego insiste en que la culpa de todo la tienen las instituciones acreedoras por no haber prorrogado el programa de asistencia, lo que a su juicio ha sido un «chantaje» del Eurogrupo destinado a impedir a los ciudadanos griegos pronunciarse democráticamente.
En un gesto poco habitual, la Comisión Europea decidió ayer hacer público el contenido de su última proposición, la que el Gobierno de Syriza tenía sobre la mesa cuando llegó la sorprendente noticia de que Tsipras convocaba un referéndum. Los líderes que asistieron a la cumbre del jueves y viernes habían aconsejado a Tsipras que aceptase esta oferta, que Merkel consideró «extraordinariamente ventajosa». Sin embargo, ahora fuentes del Gobierno griego aseguran que ese documento no lo tuvieron nunca en sus manos. Si el actual Gobierno griego no hubiera hecho tantas trapacerías tal vez ahora habría quien podría creer esta versión.
Tsipras asegura que el pago de los sueldos de los funcionarios y de las pensiones están también garantizados, pero los beneficiarios no podrán comprobarlo hasta que no abran las entidades bancarias. Grecia está al borde de la quiebra desde hace meses y con el fin del programa de rescate le llega también el vencimiento de un crédito de 1.500 millones de euros al Fondo Monetario Internacional.
El dirigente griego ha dicho también que ha vuelto a pedir al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y a los líderes de la Eurozona que acepten una prórroga del rescate de «unos días», algo que ya rechazó el Eurogrupo este sábado, una vez que se hizo pública la convocatoria del referéndum. Tsipras sigue empeñado en convencer a los jefes de Gobierno europeos de que tomen esa «decisión política» que ignore las demás reglas. «Ellos son los que pueden anular la decisión del Eurogrupo y permitir al Banco Central Europeo que siga apoyando a la banca griega», dijo Tsipras.
Rotas las negociaciones, el presidente del BCE, Mario Draghi, no ha querido ser quien provocase el colapso del sistema financiero griego cerrando el grifo de la liquidez, aunque a la postre su decisión de no aumentar el caudal ha sido el desencadenante. Mientras, el BCE mantiene la ayuda de emergencia, pero no aumetará la liquidez de los bancos griegos.
ABC – 29/06/15