Intrusos pero necesarios

EL MUNDO – 17/07/15 – VICTORIA PREGO

· Ahora les toca a los militantes de Ciudadanos, como antes les ha tocado a los de Podemos, enfrentarse a la realidad de lo que es un partido político con aspiraciones de ocupar el poder o de influir de manera relevante en las decisiones que se toman desde ese poder. Porque es ahora cuando se encuentran con que el bonito principio de que son las bases y sólo ellas las que tiene en sus manos el destino del partido no se cumple en sus exactos términos, porque desde la dirección se hacen elecciones marginando a las bases o ninguneando directamente los compromisos previamente asumidos ante ellas.

Toni Cantó ha sido admitido como independiente en las filas de Ciudadanos y va a participar en las primarias que se van a celebrar en Valencia. Cantó se presenta para ocupar el número dos de la lista. La cosa es que Cantó ha sido hasta hace nada miembro de la dirección de UPyD, diputado al Congreso por esa formación y uno de los más conspicuos representantes del sector de su partido más crítico con Ciudadanos. Tiene todo el sentido, por lo tanto, que las bases de la formación de Rivera asistan estupefactas y molestas a la aparición entre ellos, como un compi más, de su antiguo antipático adversario. Y aquí viene el momento en que las bases se ven obligadas a admitir que existe un espacio muy amplio de discrecionalidad que es patrimonio exclusivo de la dirección y otro espacio, también muy holgado, que le es reservado al líder.

Es ahí donde entran las consideraciones que sin duda han pesado en el ánimo de Albert Rivera a la hora de hacerle un hueco de honor a quien hasta hace nada le zahería sin piedad. Y una de esas consideraciones es que Ciudadanos necesita imperiosamente candidatos con nombre, gente reconocible, a poder ser en toda España, rostros que arrastren, que tiren de la lista hacia arriba. Cantó es sin duda uno de ellos. Como lo es Francisco de la Torre, poseedor de un currículum y un prestigio que adornan cualquier candidatura electoral, que irá en la lista de Madrid, lo mismo que Marta Rivera de la Cruz, conocida periodista y escritora. Ninguno de ellos podría ser, sensatamente, expulsados de unas listas que están, por la corta vida de ese partido, necesitadas de elementos con auténtico tirón y que prestigien el nombre de un partido que es cierto que ha obtenido ya una excelente recepción entre el electorado.

Pero ninguno es militante de Ciudadanos y eso es lo que ha encendido las bases porque, además, su llegada ha sido recibida con toda suerte de parabienes en los tuits del propio Rivera, honor que no han recibido los cientos de candidatos que, con esfuerzo notable, llevan al partido sobre los hombros desde su nacimiento, tan reciente.

Ésta es, sin embargo la realidad a la que inevitablemente se tendrán que enfrentar, para admitirla y someterse a ella, los militantes de Ciudadanos o de cualquier otro partido de nueva creación: para ganar unas elecciones se necesita el esfuerzo de muchos, un programa sólido, solvente y convincente, un líder con tirón personal y cierto atractivo y unos cuantos candidatos situados en el segundo nivel que cumplan en las distintas circunscripciones la misma función que cumple el líder en la lista para aspirar a la Presidencia del Gobierno. Ya pueden ir aceptando que todos tienen un papel importante pero no el mismo papel.