EL MUNDO – 17/07/15
· Santamaría deja entrever la posición favorable del Ejecutivo a una alianza entre PP, PSOE y Ciudadanos.
El debate soberanista catalán sube grados en plena canícula a la espera de que el 3 de agosto el presidente de la Generalitat firme el decreto de convocatoria para celebrar elecciones el 27 de septiembre. Los independentistas han conformado una lista «unitaria» que darán a conocer en su totalidad el próximo lunes, y anticipan ya planes de «desconexión» con el Estado que activarán de manera inmediata si consiguen una mayoría holgada en las urnas.
El Gobierno central, por su parte, toma posiciones para hacer frente política y jurídicamente al reto. Ayer, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, volvió a advertir de que el Ejecutivo utilizará como primer parapeto el muro del Tribunal Constitucional. Contra él se estrellarán uno tras otro todos los pasos que den Mas y sus aliados fuera del margen legal.
Y más aún, la número dos dejó entrever la posición favorable del Gobierno a la constitución de algún tipo de alianza o frente de los partidos constitucionalistas para plantar cara, en este caso políticamente, al discurso y las aspiraciones de los rupturistas.
La idea inicial fue puesta sobre la mesa por la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, dispuesta, al parecer, a dejar de lado matices ideológicos y formar un bloque –sin precisar si se trataría también de una lista unitaria para concurrir a los comicios o más bien de un pacto para sumar fuerzas tras las elecciones e intentar conformar un Gobierno de concentración– con los partidos del bando constitucional que esencialmente son, además del PPC, el PSC y Ciudadanos. E incluso podría llegar a apuntarse Unió.
Santamaría, preguntada por esta posibilidad, prefirió dejarla en manos de los propios partidos, pero no dejó de avalarla cuando apuntó que «algún dirigente autonómico del PP», en evidente referencia a Sánchez-Camacho, «ya ha sido claro al respecto». E incluso evitó expresamente calificar un proyecto así como frentista o poco recomendable.
Lo que sí aceptó adjetivar fue la lista unitaria que han conformado CDC, ERC y las entidades soberanistas ANC y Òmnium para concurrir a las elecciones. En opinión de la vicepresidenta se trata de una candidatura de «políticos, no políticos y medio pensionistas». Una mezcla integrada por «radicales y residuales», como definió después al también nuevo y heterogéneo Gobierno navarro, que, en su opinión, no traerá buenas noticias.
Santamaría recordó que las elecciones que se dispone a convocar Mas serán las terceras en cinco años y «cada vez», apuntó,«con menos apoyos de votos y de personas».
La vicepresidenta fue interrogada al término del Consejo de Ministros por la reunión que acababa de mantener el Rey con el presidente catalán. Admitió no tener aún información pero el mero hecho de la cita, a todas luces poco coherente, le sirvió para poner de manifiesto quién es quién en la España constitucional: «Hay un jefe de Estado», que es Felipe VI , y «presidentes autonómicos que lo son por la Constitución», como es el caso de Mas. Y por encima, añadió, «no hay más soberano que el pueblo español».