EL MUNDO – 20/09/15
· Pide «actitud de combate» y dice que el voto a Junts pel Sí es «el único para el cambio real»
Junts pel Sí, la lista conjunta de Convergència y Esquerra, hizo ayer una demostración de fuerza en L’Hospitalet (Barcelona), feudo socialista del cinturón rojo. El acto central de la campaña independentista reunió a miles de personas, que escucharon a Artur Mas metido de lleno en su nuevo papel de azote de los bancos. «No se irá ni uno», pronosticó tras los avisos de las principales entidades –entre ellas, la Caixa y el Sabadell– sobre los riesgos de la secesión.
Los independentistas encaran la recta final de la campaña tratando de desactivar el «discurso del miedo» que, en su opinión, promueven «los poderes fácticos del Estado». Y el presidente de la Generalitat, que en su primera investidura prometió un Govern «business friendly», es ahora un ariete más de esa estrategia.
La campaña de Junts pel Sí defiende que la independencia es «la única solución posible a los problemas» de Cataluña, como dijo Raül Romeva, número uno de la lista pero no candidato a president. Y tanto las advertencias de líderes internacionales –incluido Barack Obama, que ayer fue abucheado en L’Hospitalet– como las de la banca destrozan ese relato, así que los últimos mítines se han convertido en una promesa de que todo irá bien. «Fe y esperanza», pidió por ejemplo Oriol Junqueras.
Pero si algo sorprende es comprobar el giro de Mas, cuyo partido siempre ha tenido excelentes relaciones con los círculos financieros y de poder. Ayer tronó: «Ahora nos dicen que hasta los bancos se irán. No se irá ni uno, porque Cataluña representa el 20% del mercado español y es la primera economía exportadora. ¿Os creéis que se van a ir del paseo de Gracia, la arteria más importante de compras de todo el Estado?».
También quiso elucubrar acerca de las causas que han llevado a las principales entidades bancarias a suscribir esas «amenazas»: «No son hermanitas de la caridad, lo hacen por intereses. Que entiendan que hay cosas inverosímiles que ya no nos creemos».
El otro eje del acto, que introdujo el castellano tanto en parte de la presentación como en el discurso de Eduardo Reyes –presidente de Súmate, entidad que promueve el independentismo entre los hijos de la inmigración–, fue «el cambio». Consciente de que partidos como Podemos tratan de arrogarse la bandera de la regeneración, Mas afirmó: «Todo el voto que no vaya a Junts pel Sí no será el voto del cambio real en este país. Debemos modificar el statu quo». Como España «no puede ofrecer un nivel de paro normal, ni un TC normal, ni la igualdad de oportunidades, ni el éxito escolar que Cataluña sí puede obtener con los recursos que genera», el presidente de la Generalitat propuso a los suyos que mantengan hasta el 27-S una «actitud de combate».
«Os pido la misma actitud que tuvimos el 9-N, cuando todo un Estado, con todo su poder, todos sus tribunales, intentó que no hubiera urnas», añadió Mas.
Junqueras también terció en el debate sobre los bancos. «Lo que está muy claro es que los depósitos son de los depositarios, es decir, de los ciudadanos. Se han hecho rescatar por nosotros, por nuestros impuestos», dijo. En redes sociales los independentistas han iniciado una campaña para promover un boicot a las entidades firmantes del manifiesto contra la independencia.
Junqueras también se revolvió contra las «amenazas» echando mano del enfrentamiento en la Universidad de Salamanca entre Unamuno y Millán-Astray: el líder de ERC sostuvo que «las élites del Estado han renunciado a convencer y ahora quieren vencer». «Encarnan la razón de la fuerza y nosotros tenemos la fuerza de la razón», añadió.
EL MUNDO – 20/09/15