EL MUNDO – 15/10/15
· Irá a declarar hoy por el 9-N con más de 400 alcaldes tras homenajear a Companys en Montjuïc.
· Artur Mas ha preparado su declaración de hoy ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por organizar el 9-N como una gran demostración de fuerza del independentismo.
El Govern aprovechará tanto el carácter simbólico de la jornada (se cumplen 75 años del fusilamiento de Lluís Companys) como su hegemonía en los ayuntamientos (400 alcaldes acompañarán al presidente catalán hasta las puertas del juzgado) para incrementar la tensión sobre los magistrados y, de paso, para presionar a la CUP, que tiene en sus manos la reelección de Mas.
«Mañana defenderemos la democracia», avisaba ayer Carme Forcadell, ex presidenta de la ANC y número dos de la coalición Junts pel Sí, que ganó las elecciones del 27-S. El president, imputado por cuatro delitos relacionados con el «proceso participativo» del 9-N –el más grave, el de desobediencia–, comenzará la jornada en Montjuïc, donde homenajeará a Companys, y luego se dirigirá al juzgado.
Pese al enorme malestar de los jueces, se repetirán las concentraciones frente a la sede del TSJC. Los magistrados divulgaron el martes, tras las declaraciones de Joana Ortega (ex vicepresidenta de la Generalitat) e Irene Rigau (consellera de Educación en funciones), un insólito comunicado en el que denunciaban un «ataque directo» a la independencia judicial que respondía a «una estrategia favorecida, diseñada y encabezada por representantes públicos, algunos de ellos con funciones de gobierno».
El aviso no arredró al independentismo
Además de los alcaldes de Convergència y ERC, todo el Govern acompañará de nuevo hoy al presidente catalán hasta la puerta del Palacio de Justicia, y también lo harán diputados electos de los partidos que buscan la separación de Cataluña del resto de España.
Además, las organizaciones civiles vinculadas con estas formaciones (la ANC, Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia) respondieron ayer al comunicado del TSJC. «Es inaceptable, tanto por el intento de coaccionar el libre derecho a manifestación de la ciudadanía como por las afirmaciones inexactas sobre los objetivos y los convocantes de las concentraciones», aseguraron.
Se referían a que, según la versión oficialista de los hechos que se repite en los medios públicos y desde el Govern, Mas no está imputado por desobediencia al Tribunal Constitucional, sino por «poner las urnas», y las muestras de apoyo que han recibido él, Ortega y Rigau no han sido espoleadas desde los despachos de la plaza Sant Jaume, sino que son espontáneas y surgen de ciudadanos corrientes.
En cuanto a la declaración de Mas, está por ver si atribuirá a los voluntarios la responsabilidad del 9-N –como hicieron Ortega y Rigau– o mantendrá la actitud que exhibió durante aquel día. Mas, después de participar en el simulacro de votación sobre la independencia de Cataluña, lanzó una diferente versión: «Si la Fiscalía quiere saber quién es el culpable, que me miren a mí».
Es previsible que, en todo caso, Mas se aferre a otro argumento que ya usaron el martes Ortega y Rigau: que el TC no dio una orden expresa para parar el 9-N. La Generalitat recurrió la suspensión dos días antes del «proceso participativo» porque, según ellos, la resolución era ambigua, y el Govern lo preguntó pero no recibió contestación hasta un mes después. «Como no respondieron, no frenamos», sostuvieron el martes Ortega y Rigau.
Lo que ya está claro es que el president piensa exprimir hasta el final el potencial simbólico de la jornada. El Govern decidió ayer que Mas se desplazará hoy hasta el Palau de la Generalitat después de su comparecencia para responder a los periodistas en la histórica galería gótica de la sede del Ejecutivo catalán.
Todo el episodio judicial está sirviendo también para aglutinar al soberanismo, e incluso para que algunos no independentistas muestren su solidaridad con Mas. Es el caso de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que acompañará al presidente catalán en la ofrenda floral frente al monumento en recuerdo de Companys, erigido en el lugar donde lo fusiló el franquismo.
En los últimos días, Mas también ha recibido apoyo de miembros de la CUP. El cabeza de cartel de ese partido, Antonio Baños, ya tuvo que tranquilizar a los simpatizantes convergentes apostados frente al Palacio de Justicia el martes: «Todo saldrá bien, porque todos somos independentistas». Sin embargo, los anticapitalistas siguen manteniendo que no investirán a Mas, aunque el Govern piensa utilizar los actos de estos días para presionarlos. La CUP ha exigido gestos de «ruptura y desobediencia» para seguir negociando con Junts pel Sí.
La duda del ‘President’ con la fiscalía
Responder o no. El presidente Artur Mas estuvo reunido ayer con su abogado, Javier Melero, para preparar la declaración de este jueves frente al magistrado instructor del TSJC, Joan Manel Abril. Según pudo saber este diario, uno de los dilemas de Mas es si responderá o no a las preguntas de los representantes de la Fiscalía que acudirán a su interrogatorio: el fiscal jefe de Cataluña, José María Romero de Tejada; el teniente fiscal, Francisco Bañeres, y el fiscal Emilio Sánchez Ulled.
En un principio, Mas iba a seguir la misma estrategia impulsada por los letrados de los imputados, basada en sólo contestar a las preguntas del juez y de su defensa, igual que hicieron Irene Rigau y Joana Ortega, aunque podría acabar respondiendo al Ministerio Público ya que su silencio podría interpretarse como una negativa a colaborar con la Justicia.
EL MUNDO – 15/10/15