EL MUNDO – 30/10/15
· Forcadell plantea aprobar la ruptura con España el día del primer debate de investidura para dar imagen de unidad independentista.
Artur Mas se ha implicado completamente en las negociaciones con la CUP para su investidura. Como el partido anticapitalista sigue negándose a facilitarle la reelección, Junts pel Sí está estudiando fórmulas para ablandarlos. La primera fue la polémica resolución que proclama la ruptura con resto de España, y que se votará en el Parlament en los próximos días; la segunda, que él en persona ha participado en reuniones con dirigentes de la CUP.
Ayer trascendió que Mas participó en esas negociaciones para la investidura el pasado lunes, después del primer pleno de la legislatura. Según publicó El Confidencial, y confirmaron después a este diario fuentes conocedoras de la reunión, el presidente de la Generalitat en funciones se vio con miembros de la CUP. Pese a ello, el diputado electo del partido anticapitalista, Benet Salellas, dijo ayer que, aunque querrían que la investidura saliera adelante el próximo 9 de noviembre –fecha del primer debate–, «el president no será Artur Mas».
La negociación por la investidura es el telón de fondo de unas jornadas políticamente muy convulsas en Cataluña. La propuesta de resolución, que según explicó ayer el propio Mas en Le Monde constituye el inicio del proceso de independencia, ha activado las alarmas en Madrid, y los independentistas buscan ahora cómo jugar sus cartas.
Junts pel Sí quiere que la propuesta se vote antes que la investidura para dar una imagen inicial de unidad soberanista que pueda favorecer la reelección de Mas. Para ello, y puesto que el PP catalán tiene en su mano retrasar la votación –porque aún no se ha constituido en grupo parlamentario, y por tanto la junta de portavoces de la Cámara no puede aún aprobar el pleno extraordinario–, la presidenta del Parlament propuso ayer una solución novedosa: celebrar dos plenos en un día.
Carme Forcadell sugirió que la resolución de Junts pel Sí y la CUP se debata y apruebe el mismo 9 de noviembre por la mañana, y que por la tarde se celebre el pleno de investidura. Los independentistas, en una nueva muestra de su apego por lo simbólico, subrayan también que ese día se cumplirá el primer aniversario del «proceso participativo» con el que Mas sustituyó la consulta soberanista, y en el que participaron 2,3 millones de personas.
En cualquier caso, el líder parlamentario de la CUP, Antonio Baños, relativizó el día que se acabe votando: «Lo que importa es que se apruebe la declaración».
Pese al acuerdo sobre la resolución –que adopta el imaginario del partido anticapitalista–, las relaciones entre Convergència y la CUP siguen siendo tensas. Los unos están molestos por el veto a Mas; los otros, entre otras cosas, por la detención el miércoles a manos de los Mossos d’Esquadra de nueve anarquistas.
EL MUNDO – 30/10/15