EL MUNDO – 09/01/16
· La plataforma tampoco consigue reconciliar las posiciones de Convergència y la CUP.
· En Cataluña hace varios días que ha empezado la precampaña para la repetición electoral de marzo, pero los partidos independentistas se siguen reuniendo como si todavía hubiera posibilidad de acuerdo.
· Es de prever que hasta el domingo, cuando acaba formalmente el plazo para evitar los comicios, se produzcan movimientos de Convergència, Esquerra y la CUP, más dedicados a convencer a la bolsa de votantes soberanistas de que ellos no son los culpables del fiasco que a otra cosa.
El último –hasta ahora– capítulo de la representación tuvo lugar ayer en la sede de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). La influyente plataforma, organizadora de las grandes manifestaciones soberanistas en las últimas Diadas, también fracasó. Como consecuencia, y a pesar de que nadie quiere dar por definitivamente perdido el acuerdo, habrá elecciones el 6 de marzo.
Tras el sainete del jueves, que incluyó carreras en coche por Barcelona para confundir a los periodistas sobre el lugar en que iban a reunirse Junts pel Sí y la CUP, la reunión de ayer duró apenas 45 minutos. La coalición de Convergència y Esquerra –con un malestar creciente entre los republicanos– no acepta ninguna alternativa a Artur Mas; y los antisistema ponen como condición para poner sus votos que se cambie al candidato.
El presidente de la ANC, Jordi Sànchez, fue el encargado de trasladar a los periodistas la falta de acuerdo. Lo hizo también con miedo de que los ciudadanos independentistas culpen a su entidad del fiasco, así que se agarró a unos «hilos de esperanza» para tratar de empujar a los partidos a que lleguen a un acuerdo entre hoy y mañana.
Sin embargo, pronto quedó claro que no había mucho a lo que agarrarse. Sànchez explicó que los negociadores no admitieron las últimas propuestas que planteaba la ANC y que la asociación se retira de las conversaciones. «Hemos finalizado la tarea que nos tocaba», dijo.
El presidente de la ANC admitió también que, en estos momentos, los partidos independentistas no tienen sobre la mesa «un escenario concreto» sobre el que construir un acuerdo. Por ello, reconoció que el escenario político catalán está «más cerca» de unas nuevas elecciones en marzo que de un acuerdo entre las partes.
Sànchez especificó los dos planes que la ANC planteó a última hora y que fueron rechazados. La primera opción, según explicó, pasaba por que el Parlament aprobara la investidura de Artur Mas, como presidente de la Generalitat con el compromiso de someterse en el plazo de tres meses a una «consulta ciudadana», en la que los catalanes «se posicionarían sobre la Presidencia». Fue Junts pel Sí quien rechazó esta propuesta, y la CUP la aceptaba siempre que el actual president no pudiera ser candidato en esa consulta.
La segunda propuesta, que en cambio sí que aceptaba JxSí pero rechazaba la CUP, era reunir una asamblea de cargos electos, con alcaldes, diputados y senadores, que decidiría el nombre del presidente, que luego ratificaría el Parlament en el debate de investidura. A los antisistema no se les escapa que Convergència tiene una amplia mayoría entre estos cargos públicos, y habría podido imponer sus criterios.
«Pedimos que hagan un último esfuerzo por los cientos de miles de personas que han hecho la revuelta más importante de España y Europa y por respeto al futuro del país», imploró el presidente de la ANC.
DURAN AUGURA QUE JUNTS PEL SÍ NO SE REEDITARÁ
El líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, vaticinó ayer que ERC podría presentarse en solitario a los comicios autonómicos que eventualmente se celebrarían en marzo. Duran Lleida consideró que las negociaciones actuales entre Junts pel Sí y la CUP son un pretexto para «vestir el desacuerdo».
«Las palabras y posiciones de unos y de otros estos días en el seno de Junts pel Sí reflejan el intento de cargar el mochuelo al otro partido para poder justificar en su día por qué no vuelve a existir Junts pel Sí», dijo el líder democristiano.
«Me parece una situación muy preocupante desde la perspectiva política pero, sobre todo, de la económica y social» , añadió.
EL MUNDO – 09/01/16