EL MUNDO – 16/01/16
· Los barones socialistas creen «inexplicable» e «indeseable» el apoyo a los grupos separatistas en el SenadoPor esta «cortesía», Esquerra y DiL percibirán al año 269.016 (un 44% más).
La soledad del reinado de Pedro Sánchez volvió a hacerse patente ayer con el recrudecimiento de la guerra interna en el partido, tras su decisión de prestar senadores socialistas a ERC y a Democràcia i Llibertat (DiL) para que puedan constituir grupo propio en la Cámara Alta. A pesar de la tregua acordada entre Sánchez y sus barones, el gesto de la dirección del PSOE con los partidos independentistas hizo aflorar otra vez las diferencias en el seno de la formación sobre asuntos capitales como la gestión del conflicto catalán.
De un lado Sánchez, partidario de generar algún tipo de complicidad con ERC y DiL. Enfrente, algunos de sus presidentes autonómicos, como Guillermo Fernández Vara (Extremadura) o Javier Lambán (Aragón), para quienes en estos momentos la «cortesía» parlamentaria no es aplicable con los que «están trabajando para irse de España».
El partido coral en el que se ha convertido el PSOE digirió ayer así con escasa convicción que cuatro senadores socialistas vayan a formar parte hasta el martes de ERC y de DiL para disponer de los parlamentarios suficientes que les permitan configurar grupo propio en la Cámara Alta. El malestar entre los barones, según fuentes socialistas, era «generalizado» porque la dirección no lo comunicó a las organizaciones territoriales. Y es, apuntan, «suficientemente importante» por el trascendental momento político en que nos encontramos. El fondo de la decisión levantó ampollas especialmente en Andalucía, Extremadura, Aragón y Asturias.
El argumento de que es algo habitual –el PSOE lo hizo con el PNV la legislatura pasada– no persuadió a quienes dentro del partido creen que no tocan gestos de este tipo.
«Es inexplicable». Este fue el resumen del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que llamó a la dirección para pedir explicaciones. Para el dirigente extremeño, la costumbre parlamentaria «no es aplicable ahora» porque las dos formaciones catalanas «están trabajando para irse de España». «Tengo muy claro –dijo– que en política, aunque las cosas sean difíciles de explicar, si se explican se pueden entender, pero hay cosas que son inexplicables y yo esto no lo entiendo, no lo entiendo».
Vara desveló que el razonamiento de la Ejecutiva es que «como efectivamente esas fuerzas quieren irse de España es mejor que estén dentro de las instituciones participando que fuera», informa David Vigario. De hecho, fuentes socialistas apuntaron que, de cara a la posible apertura del debate constitucional, es más práctico que dispongan de grupo propio aunque sea únicamente para defender su posición. Ayer mismo Pedro Sánchez habló con el presidente catalán, Carles Puigdemont, y le transmitió su determinación «por abordar una reforma federal de la Constitución que resuelva la crisis catalana».
Entre los barones socialistas, la cordialidad hacia Cataluña no está tan extendida. Horas antes de esta llamada, el presidente de Aragón, Javier Lambán, calificó de «indeseable» cualquier tipo de colaboración «activa o pasiva con los grupos independentistas», toda vez, dijo, que una de las primeras tareas que tendrá que acometer el Gobierno de España –«que espero presida Pedro Sánchez»– será «combatir la agenda independentista del actual Gobierno de Cataluña». Esta era su valoración sobre la cesión de los cuatro senadores, que Lambán llegó a comparar con el transfuguismo. «Convierte a algunos diputados en tránsfugas por un día. Hay determinados hábitos parlamentarios que habría que erradicar de forma definitiva», dijo, informa Javier Ortega.
El portavoz socialista en el Senado, Óscar López, fue el encargado de defender la posición de la dirección. En su opinión, negarles la voz a los partidos catalanes sería dar «gasolina al discurso victimista independentista». Tras recordar que el PP apoya también en el Congreso que ERC y DiL puedan conformar grupo con una «interpretación laxa» del Reglamento, López aseguró que el gesto «no responde, por supuesto que no, a ningún pacto que tenga que ver con la gobernabilidad de España, faltaría más, porque ni estamos hablando ni vamos a hablar sobre la gobernabilidad de España con partidos que defienden la independencia».
Con todo, la voz que faltó ayer en el debate público del PSOE fue la opinión de Susana Díaz. La presidenta andaluza, casualmente, suspendió un acto que tenía previsto, lo que le impidió pronunciarse sobre este tema. Fuentes socialistas ratifican que al PSOE andaluz «no le ha gustado» el último movimiento de Sánchez, pero después del desgaste que Díaz sufrió en la última batalla interna Andalucía no ha querido asumir el protagonismo. En fuentes próximas a la dirección del PSOE-A sostienen que en la crisis abierta tras el 20-D quedó «tocada» porque se trasladó de ella que era una política «ambiciosa» y que «se pasó de frenado». Por ello, ahora ha optado de momento por el silencio, aunque el préstamo de senadores a ERC y DiL le disguste tanto o más que a Vara y Lambán. El PSOE-A evitó hacer declaraciones y se limitó a subrayar que es una decisión de la dirección. La presidenta del partido, la andaluza Micaela Navarro, se esforzó también por quitar hierro al asunto y recordó que se ha hecho siempre «con absoluta normalidad».
El Gobierno, en cambio, vincula este paso con la búsqueda de apoyos a la posible investidura de Pedro Sánchez. La vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que es una iniciativa «incomprensible» y «muy preocupante». El Ejecutivo reprocha al líder socialista que allane el terreno a quienes pretenden la ruptura de la unidad de España vulnerando frontalmente la Constitución. El Gobierno se pregunta qué está dispuesto a dar Sánchez para satisfacer su interés de llegar a La Moncloa.
En el PSOE tampoco faltan quienes, muy críticos con Sánchez, piensan que el movimiento está dirigido a facilitar su investidura. Fuentes socialistas consideran que no se puede buscar el respaldo de los independentistas. «No estamos dispuestos a admitirlo», apuntaron.
Ciudadanos, por su parte, se centró en la parte formal del debate y anunció que propondrá cambiar el Reglamento del Congreso para prohibir el préstamo de parlamentarios de un partido a otro para formar grupo propio.
EL MUNDO – 16/01/16