EL MUNDO – 03/02/16
· El Rey encarga al líder del PSOE que intente formar Gobierno y Sánchez se da «al menos un mes».
· Sánchez prefiere el apoyo de Ciudadanos y la abstención de Podemos, pero Iglesias lo considera «imposible».
· El líder de Podemos insiste en entrar en un Ejecutivo que necesita contar con el aval de los independentistas.
· Rajoy descarta respaldar cualquier Gabinete que no presida y Rivera se ofrece para buscar su abstención.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, tratará de cuadrar el círculo en las próximas semanas para conformar una compleja mayoría que apoye a un Gobierno «transversal, progresista y de cambio» presidido por él mismo. El reto parece imposible incluso para una gran parte de los dirigentes socialistas, con el Congreso más fracturado de la historia y un Grupo Socialista con sólo 89 escaños.
A pesar de todo, el secretario general del PSOE asumió ayer sin pestañear el encargo del Rey Felipe VI de tratar de formar Gobierno tras el segundo paso a un lado de Mariano Rajoy. Para conseguirlo y desde hoy, el Partido Socialista abrirá negociaciones «con todas las fuerzas políticas». Su objetivo será buscar el voto favorable o la abstención especialmente de lo que él llama las «fuerzas del cambio» –Ciudadanos y Podemos–, a las que ayer pidió que «abandonen los vetos».
La negociación parece imposible, a la desesperada. Tanto Pablo Iglesias como Albert Rivera se han vetado mutuamente y el PP no contempla tampoco, de momento, apoyar un Ejecutivo socialista. El líder del PSOE, sin embargo, se mostró ayer fuerte y determinado en el Congreso: «Yo no soy Rajoy; yo voy en serio y llegaré hasta el final para formar Gobierno».
Sánchez es consciente de que el camino que emprende es largo y complejo. Sin embargo, él y su equipo confían en que podrá conseguir un Gobierno en solitario del PSOE con el apoyo activo o pasivo (la abstención) de C’s, Podemos, PNV, Izquierda Unida y Coalición Canaria. Todo frente a un PP noqueado por la corrupción y un presidente en funciones que ayer no llegó a declinar el ofrecimiento del Rey para formar Gobierno porque ni se lo pidió.
Desde la noche electoral, Pedro Sánchez defiende que el PSOE es la primera de «las fuerzas del cambio», «la alternativa» al PP. Ya desde aquel día apostó por que si Rajoy no conseguía ser presidente –el líder popular, de momento, ha desistido–, el PSOE asumiría su «responsabilidad» para encabezar otro Ejecutivo. Todo ello lo ha mantenido a pesar de la delicada situación interna del PSOE y de la oposición de gran parte de sus dirigentes a que intente gobernar. Varios barones desconfían abiertamente de Sánchez. Es el caso de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y de los de la Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha, entre otros.
Sánchez entiende que tiene la obligación de tratar de ser presidente, aunque la negociación parezca imposible. Intentará con todas sus fuerzas conformar ese «Ejecutivo del cambio». Si finalmente no es viable, el líder del PSOE cree que los electores castigarán en las urnas al culpable de la repetición de las elecciones, ya sea Podemos o Ciudadanos.
Ayer, tras las dos últimas audiencias del jefe del Estado, Felipe VI entendió que Mariano Rajoy no es en este momento el candidato idóneo para formar Gobierno. Como él mismo reconoció, aún no tiene apoyos suficientes para someterse a la investidura. En el otro lado, el Rey se encontró a Pedro Sánchez, que le transmitió que debería ser Rajoy quien intentara primero ser presidente, pero que añadió que «si Rajoy renuncia a su responsabilidad» él sí estaba dispuesto a buscar apoyos para su investidura.
Por eso, por la noche, Felipe VI comunicó al presidente del Congreso, Patxi López, que ha encargado la tarea de formar Gobierno a Sánchez. Sólo después, el secretario general del PSOE compareció como candidato: «Anuncio de forma solemne que el Grupo Socialista y yo vamos a asumir esa responsabilidad y vamos a intentar formar Gobierno».
Sánchez buscará apoyos «a derecha e izquierda». Y lo hará anteponiendo «las políticas y los programas» a «los sillones», en un claro mensaje hacia Podemos, que exige casi la mitad de los ministerios.
EL MUNDO – 03/02/16