ABC 03/02/16
· Las funciones de la vicepresidencia del Gobierno ocupan 11 páginas del BOE
Pablo Iglesias quiere ser vicepresidente del Gobierno y así volvió a reconocerlo este lunes, después de reunirse con el Rey. El líder de Podemos intentó convencer a todos de que su reclamación, en realidad, es un acto de «generosidad», ya que su partido más Izquierda Unida superan en votos al PSOE. Lo cierto es que su petición no tiene nada de altruista, ya que ser número dos del Gobierno de la Nación implica, en este momento, acumular responsabilidad y poder. De hecho, siempre se ha dicho que la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, es la mujer española que ha asumido más poder.
Presidente en funciones La «generosidad» de Iglesias incluye ser presidente en funciones cuando no esté Sánchez
Según la estructura actual del Gobierno de Rajoy, la Vicepresidencia se suma al Ministerio de la Presidencia, y además asume las funciones de portavoz del Gobierno. Si Pablo Iglesias emulara este modelo, de entrada tendría su despacho en el Palacio de La Moncloa, a pocos pasos del de Pedro Sánchez. Como vicepresidente y ministro de la Presidencia dirigiría la coordinación interna de los ministerios. Manejaría los resortes políticos internos del Ejecutivo.
Como vicepresidente, Iglesias presidiría la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios, que se reúne dos días antes del Consejo de Ministros para analizar y dar luz verde a los asuntos que se tratarán, y en su caso se aprobarán, en las reuniones de los viernes. En ausencia del presidente del Gobierno, Iglesias presidiría el Consejo de Ministros. Esta situación no es en absoluto extraña, ya que los compromisos internacionales llevan al presidente fuera de España bastantes viernes. Como portavoz del Gobierno, Iglesias sería el encargado después de comparecer ante los medios de comunicación y marcar las líneas políticas de la respuesta del Ejecutivo ante los debates nacionales.
Pero la «generosidad» de Iglesias incluye otras muchas funciones, que en principio, y siempre que no se cambie la actual estructura del Ejecutivo, mantendría intactas. Uno de los poderes más golosos que tendría en sus manos será el control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
En realidad, si quisiéramos escribir una a una todas las funciones que corresponden al número dos del Gobierno, según el BOE que se publicó el 24 de enero de 2012, no cabrían en esta página. Además del CNI, el vicepresidente tiene bajo su control el BOE, el CIS, el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, las relaciones con las delegaciones del Gobierno y la Vicepresidencia de la Comisión de Asuntos Económicos de La Moncloa, entre otras muchas.
«Corresponden al Ministerio de la Presidencia la coordinación de los asuntos de relevancia constitucional; la preparación, desarrollo y seguimiento del programa legislativo; el apoyo inmediato a la Presidencia del Gobierno», señala el BOE, en las primeras líneas de las 11 páginas que ocupan las competencias completas de la Vicepresidencia y el Ministerio de la Presidencias. El número dos tiene la ventaja de sobrevivir a una mala legislatura o un desgaste abrasivo de su número uno.