EL PAÍS 11/02/16
JORGE M. REVERTE
· Los carmelitas fueron gente fusilada injustamente, y con eso no hay bromas
Está la derecha ultramontana exultante de alegría con la concejala de Cultura que se ha echado Manuela Carmena. A Carmena se le sale por todos lados el apoyo de Podemos y similares. A mí me parece que lo de los guiñoles es grave, pero se soluciona con lo que ha hecho la alcaldesa: pedir disculpas de verdad.
Lo que no sé cómo arregla es lo de la placa de los carmelitas fusilados en 1936. Yo creo que, de nuevo, las disculpas son preceptivas. Pero, en este caso, Celia Mayer se tenía que haber marchado porque se ha pasado tres pueblos. Los carmelitas fueron gente fusilada injustamente, y con eso no hay bromas. Nos debería doler igual a los partidarios de la República que a los de Franco. Mayer y los suyos no han entendido eso, como no han entendido que hacer una gracieta con los de ETA es lo mismo que hacer una gracieta con los asesinos nazis.
Todo esto parte de un pensamiento. Mejor dicho, un no pensamiento extendido sobre todo en el País Vasco. El entorno de apoyo a ETA, entre los jóvenes se notaba por el pelo cortado a hachazos y por estupideces como la frase “ETA mátalos”. A esos chicos parece que alguien les ha hecho empezar a pensar, como ahora hay que hacer empezar a pensar a Celia Mayer y sus congéneres: no se puede matar gente por ser del Partido Popular o del PSOE, y no se puede matar gente por ser carmelita.
El PP se ha encontrado un motivo estupendo para atacar a la alcaldesa en los puntos que no son esenciales para su gestión. La estupidez de Mayer y la estupidez de quien dirige los telediarios del PP han convertido eso en el centro de la gestión de Manuela Carmena.
La alcaldesa se la tenía que quitar de en medio y buscar a alguien sensato para ocupar el puesto. Y digo ocupar y no okupar. Más cultura vasca y menos cultura baska. En la Complutense hay una cátedra de reciente creación que estudia la Memoria Histórica. Pues a esa cátedra se le pidió el informe sobre la represión franquista que ha dado lugar a algunos disgustos al municipio. Si alguien quiere mantenerla, que lo haga. Pero, de momento, bastaría con que no informara más de historia.