Entrevista a MAITE PAGAZAURTUNDUA – ABC – 15/05/16
· Admite que si Pablo Iglesias llega a La Moncloa e intenta emular a Venezuela se plantearía marcharse a vivir a otro país.
· Sobre Arnaldo Otegui «Cuando Otegui visitó el Parlamento Europeo hubo personas del grupo de IU que me dijeron que no les parecía nada bien».
· Sobre el futuro de ETA «El mundo de ETA está en una estrategia de blanqueamiento y de acceso al poder».
En el despacho de la eurodiputada Maite Pagazaurtundúa (Hernani, Guipúzcoa, 1965) cuelga un cartel que le recuerda cada día la tarea que tiene por delante. ETA ya no mata pero queda mucho trabajo por hacer. El más inmediato desmontar el discurso almibarado con el que el entorno de la banda intenta disfrazar la historia y confundir la memoria colectiva, para lograr el indulto de la sociedad sin rendir cuentas ni condenar la violencia.
El último ejemplo, hace unas semanas en el Parlamento Europeo donde Arnaldo Otegui, escogiendo cuidadosamente cada palabra, intentó blanquear el pasado terrorista de ETA vistiéndolo como un conflicto entre dos partes. Para contribuir a impedirlo, Pagazaurtundúa acaba de publicar el libro «Lluvia de fango». Una recopilación de sus artículos publicados en diversos medios de comunicación, gran parte en Vocento grupo editor de ABC, que ofrecen al lector las pistas necesarias para no dejarse engañar por el nuevo lenguaje del lobbismo etarra.
—El entorno de ETA se ha vuelto muy hábil en la utilización de las palabras para intentar cambiar su pasado. Incluso sabiéndolo a veces es difícil encontrar el engaño en su argumento. ¿Qué instrumentos tenemos contra eso?
—Juegan al maquillaje, a las mentiras, a las medias verdades, al negacionismo de su propia responsabilidad… La tarea que falta puede parecer la más ingrata: restituir la verdad para que no se cuenten cosas que no son. Uno de los artículos de «Lluvia de fango» se llama «yo acuso» y es un análisis de las palabras de Arnaldo Otegui glorificando a los etarras. Hay que leerlo tres veces para darse cuenta de donde está la trampa. Los instrumentos que tenemos son fundamentalmente políticos. Tenemos que hacer un trabajo político de exigencia, de decir que no vamos a normalizar ese lenguaje que es tóxico y que está lleno de falsedades. Tenemos que seguir exigiendo que se llame a las cosas por los nombres que tienen realmente.
— ¿Cómo ha logrado una banda terrorista pensar que puede zafarse de su pasado simplemente con mentiras? ¿qué hemos hecho mal en España?
—El mundo de ETA ha sido legalizado sin haber condenado suficientemente el pasado y sin saber hecho una regeneración interna. Ellos no son nuevos, siguen siendo viejos. Como no han asumido la crueldad terrible de su estrategia, no podemos hablar de hombres y mujeres nuevos, ni renovados. Son los de siempre solo que ahora están legalizados y no matan.
—Pero una vez que han llegado a este punto, ¿cree que van a asumir sus responsabilidades si no lo han hecho aún?
—No va a ser un proceso voluntario por parte de ellos. Todo lo contrario porque ellos están en una estrategia de blanqueamiento y de acceso al poder. Cada vez que se inventan una palabra nueva debemos ponerles al descubierto y señalar que han hecho trampa. Así tenemos que seguir hasta que consigamos que efectivamente la gran mayoría de los ciudadanos españoles y de las fuerzas políticas españolas no le den más opción que decir «hacedlo bien, vamos a regenerar esto y vamos a hacerlo como tiene que hacerse».
—Y entregando las armas.
—Sí, y disolviendo ETA. Quienes quieran reinsertarse tienen que hacerlo siguiendo la ley y no haciendo trampas. Tienen que mirarse al espejo de su responsabilidad política y se tienen que jubilar los que están relacionados con decenas de años involucrados en la estrategia de ETA de perseguir a los que no pensábamos como ellos.
—¿Cuál sería el primer paso de una hoja de ruta para la reconciliación?
—Lo primero es que todas las palabras falsas que se utilizan desaparezcan. No estamos hablando de un conflicto entre dos partes sino de terroristas que atacan a un Estado democrático, a ciudadanos inocentes, que reaccionan con la violencia. Los inocentes son los perseguidos. Y luego hay una cuestión general que también está pendiente y es que toda la sociedad vasca se mire al espejo del miedo, de la cobardía, o de lo heroicidad. Pasar revista, pero después de conseguir primero que ese mundo asuma responsabilidades, ETA se disuelva y entregue las armas. Que no haya más justificaciones ni se extienda la mancha de la ambigüedad, hay algunos agentes de izquierda que entienden muy mal lo que esto significa.
—Por ejemplo, Pablo Iglesias. ¿Cómo vería un pacto de Gobierno PSOE-Podemos?
—Más allá de lo que tenga que ver con el terrorismo de ETA y las mentiras que todavía tenemos que desenmascarar, desde el punto de vista político general ese pacto me parecería una situación de enorme riesgo para la política española y para los intereses comunes.
—¿Sopesaría irse de España si Pablo Iglesias se convierte en presidente o vicepresidente del Gobierno?
—(Silencio) Espero no tener que plantearme esto (silencio). No tenemos una bola de cristal para saber cuál va a ser el comportamiento político de los líderes en el futuro… Ahora bien, si el paradigma es que el Gobierno de España se parezca al de Venezuela sería para hacernos esa pregunta.
—La visita de Otegui al Parlamento Europeo y su descripción como un «hombre de paz» por parte de Pablo Iglesias apuntan maneras…
—A Pablo Iglesias le contesto que sin hombres como Otegui no nos habrían perseguido ni asesinado. Entre quienes invitaron a Otegui, algunos lo hicieron sabiendo que era un lobbista de ETA y no les parecía mal. Otros a lo mejor tenían buena fe, mezclada con desinformación y una vanalización que les hizo vulnerables. También debo decir que hubo personas del grupo de IU que se me acercaron a darme un abrazo y que me escribieron diciendo que no les parecía nada bien lo que había pasado.
Entrevista a MAITE PAGAZAURTUNDUA – ABC – 15/05/16