GUILLERMO DUPUY – LIBERTAD DIGITAL – 27/05/16
· Dije hace poco que Ciudadanos debería convertirse en punta de lanza contra Podemos, y la verdad es que la encomiable visita de Albert Rivera a Venezuela de esta semana constituye no sólo un elemental acto de solidaridad con aquel país tiranizado y empobrecido, sino una formidable crítica contra todos aquellos que pretenden implantar en España un modelo social, político y económico muy similar al que desangra Venezuela o Cuba.
Ahora bien. Por mucho que la visita de Rivera ofrezca también un encomiable contraste con la nihilista y equidistante presencia de Zapatero en Caracas o con la aun más bochornosa pleitesía que los ministros de Rajoy Maragallo y Pastor rindieron a Castro en La Habana, Ciudadanos no debe volver a olvidarse –tal y como en buena medida hizo durante la campaña electoral del 20-D– de la gran crisis que aqueja a España como nación y como Estado de Derecho.
Esta silenciosa y silenciada crisis que España padece, por culpa no sólo de los nacionalistas, sino sobre todo de la cómplice y acomodaticia condescendencia que les brindan los dos grandes partidos supuestamente nacionales, debe ser el centro de atención de Ciudadanos. Mas aun cuando la formación de Pablo Iglesias ha hecho suyos los delirios identitarios de los nacionalistas hasta el punto de ser el más poderoso partido en España en defensa del mal llamado derecho de secesión.
Cuando los podemitas consideran que la visita de Rivera a Venezuela supone una «injerencia» y «una falta de respeto a la soberanía nacional» de aquel país, resulta obvio señalar que esa falta de respeto a la soberanía del pueblo venezolano la perpetra Maduro y que toda injerencia en defensa de la democracia y del respeto a los derechos humanos resulta un deber.
No estaría de más, sin embargo, señalar a los podemitas su falta de respeto a la soberanía nacional de España cuando pretenden hacerla añicos en favor de las «naciones» que según ellos componen el «Estado plurinacional» español.
Entiendo que Ciudadanos, como partido socialdemócrata que también es, poca critica pueda hacer al demencial nivel de endeudamiento público alcanzado por Rajoy y, en general, a la frágil y escasa recuperación económica que nos ofrece la socialdemocracia bajo siglas del PP. Pero sería demencial que renunciase también a abandonar ese otro gran consenso en el que está instalada la clase política española, que sólo diverge en los grados de condescendencia con el separatismo.
Albert Rivera debe recordar por qué y para qué nació Ciudadanos. Y lo hizo fundamentalmente para ser alternativa a la condescendiente deriva de los dos grandes partidos nacionales respecto de las pretensiones de los nacionalistas, que ahora hace suya Podemos.
Bien está que Rivera critique a los que van del brazo con los chavistas, pero también hay que criticarlos por llevar del otro brazo a los nacionalistas.
GUILLERMO DUPUY – LIBERTAD DIGITAL – 27/05/16