Merkel se ofrece para frenar el populismo en Europa

ABC 21/11/16

· La canciller alemana confirma su intención de presentarse a un cuarto mandato en otoño del próximo año

«Van a ser las elecciones más difíciles desde la Reunificación», advirtió ayer Angela Merkel al anunciar que presentará su candidatura para una cuarta legislatura al frente de Alemania, «con ataques desde la derecha como nunca antes, con una fuerte polarización de nuestra sociedad, además de ataques desde la izquierda con la posibilidad de un tripartito, si es que numéricamente les da para ello, y retos internacionales que ponen en cuestión nuestros valores, nuestros intereses y nuestra forma de vida». Al tiempo que enumeraba las dificultades a las que se enfrenta, Merkel esquematizaba un proyecto que ratificará su partido en el congreso de diciembre y un programa electoral que a principios de enero comenzará a amasar con sus socios bávaros de la CSU. Reconoció que se lo ha pensado «infinitamente» antes de dar este paso, pero adelantó que «vamos a ganar porque tenemos las propuestas correctas».

Longevidad política
Si completara un cuarto mandato, Merkel batiría el récord de longevidad en el poder (16 años) de Kohl

Merkel puso por delante del resto de sus motivaciones «el servicio a Alemania». En varias ocasiones, a lo largo de la rueda de prensa en la que hizo pública su candidatura, se refirió a reflexiones sobre si su salud dará para otros cuatro años y arrancó incluso aplausos de la prensa cuando le preguntaron sobre una hipotética legislatura más (20212025) y respondió «quién sabe si para entonces estaremos aquí». Se mostró tan confiada como comedida. Respecto a titulares estadounidenses que la han declarado la «líder del mundo libre» tras la victoria de Trump, calificó de «grotesco» y de «absurdo» el análisis que la señala como la persona que acabará con todos los males de este mundo, pero en sus objetivos personales se bosqueja el programa de la Europa capaz de afrontar con éxito el siglo XXI frente a la ola populista que amenaza a toda la UE, Alemania incluida, donde los radicales xenófobos de Alternativa por Alemania (AfD) aparecen como una fuerza en alza. Aunque ella no lo quiera reconocer, Merkel aparece como el bastión frente a ese rampante populismo.

«Naturalmente, están la seguridad y la integración –afirmó a la hora de enumerar sus retos–, pero si me preguntan a mí, yo creo que el gran reto es el momento disruptivo que vivimos, los cambios cualitativos, comparables a la Revolución Industrial…, el gran reto de adaptar la economía social de mercado a la globalización».

Continuidad
Su discurso quiso ir mucho más allá de la crisis de los refugiados, el origen de su última caída de popularidad, que ya parece estar remontando, según las encuestas. También dejó claro que una nueva legislatura no serviría «para corregir nada de lo hecho, sino para consolidar, actualizar y adaptar a los nuevos e inciertos tiempos» su actual política, por lo que no cabe esperar mayor manga ancha en la austeridad fiscal europea. Pero quienes valoran una posible cuarta legislatura de Merkel desde ese punto de vista sufren una grave miopía. Los papeles sobre la mesa de la canciller van más allá de políticas económicas concretas o incluso de la crisis de los refugiados. Su gran reto será plantar cara a los crecientes movimientos populistas de diverso signo, en Alemania y en Europa. Además de hacer frente al expansionismo ruso, luchar contra el terrorismo y aplacar la incertidumbre que han generado el fenómeno Trump y el Brexit.

«El resultado electoral está abierto, Merkel ya no es imbatible», frenaba anoche el entusiasmo el líder parlamentario del Partido Socialdemócrata Thomas Oppermann. «No sé por qué se lo ha tenido que pensar tanto, si solo propone hacer más de lo mismo», se quejaba desde Die Linke (La Izquierda) Sahra Wagenknecht. «El partido entero estaba esperando escuchar estas palabras de Merkel y ahora solo queda remangarnos y ponernos a trabajar. Es previsible que el SPD se desmarque de forma más visible dentro de la gran coa-

lición, tenemos que empezar a preparar una durísima campaña», comentaban fuentes de la Casa Konrad Adenauer, para las que la reacción más esperada de la noche era la de Horst Seehofer, líder de la CSU y el mayor detractor de Merkel durante el último año.

El bávaro no dejó duda alguna de que Merkel es «nuestra candidata», aunque apostilló que «es bueno que haya transparencia y ahora podamos aclarar en qué puntos estamos de acuerdo y en cuáles no», poniendo así las primeras piedras en el camino. Por su parte, la líder de AfD, Frauke Petry, la pesadilla de la canciller, enfatizó: «Estamos dispuestos a dialogar, nadie tiene la verdad absoluta y los demócratas tenemos que discutir y disputar los unos con los otros, pero discutir no significa odiar».

La «canciller eterna»
La determinación de Merkel, anoche, parecía por encima de las refriegas internas. «Tengo experiencia, estoy bien preparada y tengo muchas ideas», aseguraba. «En estos tiempos inciertos, la gente no comprendería que no me presentase de nuevo, que no hiciera valer toda mi experiencia, que no pusiera en la balanza mis dones y talentos».

Y esa determinación, junto con la posibilidad de que consiga su cuarta legislatura, ya que sigue siendo la política más valorada en las encuestas y un 53 por ciento de los alemanes quieren que repita, llevaba anoche al semanario «Der Spiegel», en su edición digital, a bautizarla con un nuevo apodo político. La que un día fue la «canciller de teflón», y después la «canciller vengan todos», es ahora la «canciller eterna».