LIBERTAD DIGITAL 13/12/16
· Las menciones al diálogo y las visitas a Barcelona no bajan el tono de los separatistas. Puigdemont ve «ofensivas» las ofertas.
El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha dicho este lunes que es «ofensivo» pensar que la situación en Cataluña «se arregla con una versión 2.0 del Pacto del Majestic» -suscrito por CiU y PP en 1996- y ha avisado de que el proceso separatista no se parará por un «simulacro de operación de diálogo».
Puigdemont ha intervenido en la presentación del libro del politólogo Ramón Cotarelo La República Catalana (Editorial Ara Llibres), afín a la causa separatista, y ha aprovechado para dirigirse a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría: «Quien le habla de independencia es un pueblo -el catalán- y ella debería escuchar».
«Reducirlo de forma absurda a una obsesión de un gobierno -catalán- no solo es no querer entender nada, sino que es pedalear en la dirección opuesta», ha advertido.
En todo caso, Puigdemont ha indicado que, en su opinión, Cataluña tiene «conciencia de soberanía desde hace años», por lo que el proceso «no se va a parar por un simulacro de operación de diálogo» desde Moncloa.
Ha advertido, asimismo, de que el diálogo «puede ser una obra de teatro» si el interlocutor no deja que «fluya» porque se niega a hablar de un asunto como el referéndum: «Entonces no es un diálogo, es una operación», ha añadido.
De esta operación, ha proseguido, «no hay nada más que lo que se publica; una serie de anuncios aparentemente bienintencionados, caras sonrientes, despachos en Barcelona -en alusión al de la vicepresidenta- y cero reuniones con la Generalitat«. Aludía al hecho de que Santamaría se reunió la semana pasada con Iceta y Arrimadas, pero no con cargos de la Generalidad.
Puigdemont ha señalado que si el Estado quiere «formar parte de la solución» tiene que abandonar el «menosprecio y la declaración unilateral de negación» para «entrar a jugar en la arena política».
Pero el presidente catalán ha advertido: «Quien se piensa que esto va de cuatro duros, de la reforma del modelo de financiación o de un tercer plan de Cercanías es que no ha entendido nada».
Pese a las críticas, Puigdemont ha afirmado que el diálogo está «en los primeros tanteos» y que de momento aplica «el beneficio de la duda»: «Quizás el diálogo es tan potente que nos dejará sorprendidos», ha ironizado.