ABC 07/07/17
· Aunque la banda terrorista ha sido vencida militarmente, para el filósofo su ideario continúa aún activo en parte del País Vasco y Navarra, como recuerda la agresión de Alsasua
En un tiempo marcado por la posverdad -entronizada por el Diccionario de Oxford como la palabra del año 2016-, el filósofo Fernando Savater la empleó este miércoles en Santander para calificar lo que es: la mentira. «La mentira que está circulando de que ETA cometió excesos, de que era una violencia en defensa propia», señaló.
Dentro del acto «De Hipercor a Ermua. El terrorismo y sus víctimas» organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Savater rehusó calificar los años de terror y plomo que la banda terrorista sembró en el País Vasco como un movimiento «de buenas intenciones». En su opinión, lo que se busca ahora «es ocultar la verdad» sobre la organización.
«La violencia es un instrumento muy persuasivo. No es fácil sobornar a todo el mundo porque no todas las personas ansiamos las mismas cosas. Sin embargo, todos tememos al dolor y a la muerte», apuntó. El dolor y la muerte de los que según él se valieron los terroristas para controlar una hegemonía nacionalista en el País Vasco y Navarra.
Savater recordó así cómo las distintas fuerzas políticas ajenas a los movimientos abertzales se presentaban a las elecciones bajo amenaza; cómo pocas horas antes de los diferentes comicios la banda sembraba el pánico entre la población con un atentado. «Uno pensaba que una vez finalizado el terrorismo los partidos que lo habían sufrido subirían, pero siguieron en esa vía de descenso porque ya se había determinado que quedaban fuera del espectro político».
Un dardo que lanzó directamente contra Arnaldo Otegi, exsecretario general de Sortu y propuesto como candidato a lendakari por Euskal Herria Bildu en las elecciones vascas de 2016, pese a haber sido condenado por pertenencia a organización terrorista. «Ellos no tienen otro mérito que ser amigos de los etarras», dijo, desmintiendo el mantra de que fueron los partidos abertzales los que acabaron con la organización.
«¿ETA se ha bajado de la violencia porque creía que iba en contra de la decencia humana o porque ya había conseguido todo lo que podía?». Para el filósofo, el desarme de la organización es una mera ficción ya que actualmente carece de los apoyos necesarios para continuar con la violencia armada. No obstante, la inoculación del miedo que ha calado en la sociedad vasca durante tantos años es lo que, a su parecer, hace que aún hoy prospere su ideario.
«Militarmente han perdido, pero continúan muy activos. Para muestra lo ocurrido en Alsasua con los guardias civiles. Cuando podían matar, mataban, y cuando ya no pueden, no dejan vivir. Eso es lo que hay que impedir», sentenció.
En cuanto al reconocimiento del daño causado a las víctimas, recordó que todos los terroristas lo admiten desde el preciso instante en que atentan. «Si tú pones una bomba evidentemente es porque quieres hacer daño», señaló. En su opinión, lo que tendría que condenar la izquierda abertzale es a ETA como organización contraria a la democracia porque «la democracia fue la primera víctima del terrorismo». Según dijo, ahora de lo que se trata es de ocultarlo, de silenciar que «las víctimas fueron ciudadanos demócratas en un país en el que los terroristas las masacraban».
La posverdad es el vicio de mentir. Y la mentira, en boca de Savater, es el relato que se quiere imponer de que ETA y las víctimas del terrorismo están al mismo nivel.