El verdadero error

 

Juan Carlos Girauta-ABC

  • Fue una mala idea poner a dar ruedas de prensa diarias a alguien que se maneja en un lenguaje de Estado Mayor

E.H. Carr era favorable a que el historiador confesara su ideología. Para descontar el sesgo, diríamos hoy. Trayéndolo al columnismo, que estetiza sesgos, admito mi admiración por la Guardia Civil. Una inclinación normal: el instituto armado aparece a menudo en las encuestas como nuestra institución mejor valorada.

Es más, ostento la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. Algo inmerecido si se compara con las que premian a miembros del Cuerpo, pero motivo de orgullo si la situamos entre las condecoraciones que un civil puede recibir. Reconocido todo esto, trataré de ser objetivo. Las declaraciones del general Santiago han suscitado un profundo malestar, por dos razones:

Primera razón: pueden ser tomadas como la confesión de un plan ilícito, el de controlar la opinión y reprimir las críticas al Gobierno. Esta interpretación se refuerza por el contexto. La preceden decisiones y actitudes, en esa misma línea, del Ejecutivo y de los partidos que lo forman: suspensión de derechos que desborda los límites del estado de alarma, interrupción del control parlamentario, filtrado de preguntas al presidente, inadmisión de repreguntas, presencia de empresas que se atribuyen «la verdad», restricciones en redes sociales, uso de la Fiscalía para amenazar con acciones judiciales a un partido político…

Segunda razón del malestar: es un insulto a la inteligencia atribuir la parte polémica de la declaración del general a un lapsus, toda vez que se incardina en una exposición estructurada en dos partes, donde solo la primera encaja en un trabajo legal de inteligencia. Así que parece lógico colegir que, si no hay lapsus, hay admisión de un plan ilícito. ¿Es así? Pues, aunque me lo pareciera en un primer momento, no es así.

Me reafirmo en que no hay lapsus, pero si lo declarado nos suena tan mal es porque reproduce un lenguaje de Estado Mayor (lenguaje homologado con el de la OTAN). He aquí el meollo: «… minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno». Santiago alude a la planificación de la gestión de una crisis. Nunca debió decir «del Gobierno». Pudo decir «del Estado» o, de forma más restrictiva, «de la Administración General del Estado». ¿Por qué? Porque el Gobierno es un Jano bifronte: es la cabeza de la Administración citada y, a la vez, órgano político.

Llego a esta conclusión con esfuerzo, solo después de preguntarme si es posible que la Guardia Civil realice a oscuras tareas que exigen abrir diligencias judiciales. Y después de contestarme que no. Fue una mala idea poner a dar ruedas de prensa diarias a alguien que se maneja en un lenguaje de Estado Mayor. Peor aún es que, una vez hecho, no sea el mismo general quien se explique. Y mucho peor es que, en lugar de eso, se le rinda homenaje por una hoja de servicios que, siendo loable, nada tiene que ver con las preocupaciones de una sociedad que está viendo sus libertades cercenadas.