Si no hubieran querido romper el techo de la Constitución y el Estatuto, los nacionalistas podrían celebrar hoy, por ejemplo, que gracias al intercambio de prebendas en las negociación de los Presupuestos, han logrado la transferencia de la competencia en investigación, o el resto de «tajada» con la que han podido volver a su casa este fin de semana. Pero no.
Todos a la vez. Pero cada vez más separados. Tan sólo la fórmula del ‘tres más uno’ (el gobierno tripartito y Aralar) han conseguido concentrar más de una fuerza política para reivindicar la malograda consulta de Ibarretxe. Qué remedio. El lehendakari ya lo dijo en el Parlamento. Su propuesta es: consulta o consulta. Y en ésas están hoy los nacionalistas del gobierno vasco acompañados del partido de Madrazo y del que preside Zabaleta.
Hoy era el día señalado por el lehendakari en su hoja de ruta para habernos convocado a todos los ciudadanos a las urnas para sondear el grado de identificación popular con el derecho a decidir; es decir, con la soberanía. Pero su propuesta topó con la legalidad constitucional y las concentraciones previstas para hoy vendrán a ser una especie de actos de consolación con un marcado perfil reivindicativo. Nada que ver con el sentido festivo que tenía el 25 antes de que Ibarretxe llegara al gobierno de Ajuria Enea. Porque el 25 de octubre, día en que hace 29 años se aprobó el Estatuto de Gernika, servía para que las fuerzas políticas conmemorasen el gran paso institucional democrático y autonómico que se dio en Euskadi gracias a la Carta de Gernika.
Si no hubieran querido romper el techo político que marca la Constitución y el Estatuto, los nacionalistas podrían celebrar hoy, por ejemplo, que gracias al intercambio de prebendas en las negociación de los Presupuestos, han logrado la transferencia de la competencia exclusiva en investigación científica, o el resto de «tajada» (en expresión de Erkoreka) con la que han podido volver a su casa este fin de semana. Pero no. La soberanía exige otras pautas de comportamiento más orientadas al enfado, a la confrontación con el Estado y a la victimización electoral.
De eso sabe mucho también la izquierda abertzale del entorno de ETA que, distribuida en varias siglas que sirven a la misma causa, también sale a la calle para protestar y, de paso, desvelar si van a presentar también en esta ocasión, listas maquilladas a las elecciones autonómicas. Habrá que verlo. Los socialistas, que piensan celebrar la fiesta como se merece, admiten apuestas y dicen estar seguros que «esta vez no pasa ni una lista blanca». Los populares, que estrenan hoy mismo candidato a lehendakari, Antonio Basagoiti, piensan ejercer un férreo control sobre la posible aparición de candidaturas presumiblemente ‘contaminadas’ porque no se fían después de la ‘operación ANV’ de los últimos comicios locales y forales.
Quienes tampoco se fían de la visión que los nacionalistas están dando sobre Euskadi en los foros internacionales son los fundadores de la Fundación para la Libertad. Su presidente Redondo Terreros y quienes sostienen esa organización, Teo Uriarte y Javier Elorrieta, han logrado el estatus consultivo especial en la ONU. Quieren practicar la réplica democrática a la «internacionalización del conflicto» que han realizado tanto el entorno de ETA como los nacionalistas del gobierno. Presentarán en Naciones Unidas de Ginebra su «guía para orientarse en el laberinto vasco» que reúne una serie de reflexiones de profesores, intelectuales y comunicadores. Nueve especialistas que ven la otra parte de Euskadi que las instancias oficiales suelen ocultar. A nadie se le escapa que el título de la guía es un guiño al fallecido Mario Onaindia que llamó así a su libro en el que se presentaba a sí mismo como un «piel roja» con la casaca de los federales para guiar al lector por el territorio indio.
Tonia Etxarri, EL DIARIO VASCO, 25/10/2008