El caserío electrónico

La imagen del Bosque Pintado de Oma de Agustín Ibarrola en la carta de ajuste de EiTB daría la medida del cambio en el nuevo Gobierno vasco. Populares y socialistas quieren arrinconar los mensajes del ente público que hasta ahora han justificado la existencia de ETA, especialmente en las tertulias. También superar la tradicional obsesión por los enfoques de carácter identitario.

A Patxi López se le acumula el trabajo diseñando el nuevo Gobierno. Pero, sin duda, el viraje en la radio y televisión pública le parece una prioridad. Será una de las imágenes del cambio que los socialistas vascos, con la ayuda del PP, quieren imprimir en la próxima legislatura. «Se va a cambiar hasta el mapa del tiempo en ETB», señalan los dirigentes de los dos partidos, que hoy reanudan sus negociaciones después del paréntesis del puente festivo. Si el acuerdo que están perfilando acaba impreso en negro sobre blanco, habrá cambio en el caserío electrónico.

La línea del ente público EiTB deberá dar un giro de 180 grados. No sólo en las licencias que se han permitido durante todos estos años en los juegos malabares sobre la geografía vasca, que ha extendido sus dominios hasta la zona del suroeste francés, saltándose todos los días y en todos los informativos la delimitación marcada en el propio Estatuto de autonomía. El cambio será de mayor calado. Están en ello. Porque los socialistas de Patxi López y los populares de Antonio Basagoiti quieren arrinconar los mensajes que hasta ahora han justificado la existencia del terrorismo de ETA, especialmente en las tertulias; superar la tradicional obsesión por los enfoques de carácter identitario y poner en su lugar a protagonistas vascos comprometidos con la cultura de este país y que, por no ser nacionalistas, se han visto marginados por la gran pantalla oficial que pagamos entre todos.

Los cantantes que no han compuesto en euskera. Los artistas que no han hecho ‘la ola’ al nacionalismo. Estaría bien que la carta de ajuste de la nueva televisión vasca representara, por ejemplo, las imágenes del Bosque Pintado de Oma de Agustín Ibarrola. Los terroristas disfrazados de ecologistas atacaron sus árboles sin que pudiera sentirse arropado por el poder oficial que durante tantos años ignoró su obra.

Los profesionales serios de la radio y televisión pública, que los hay aunque no figuren en la primera línea del escaparate, tendrán que ofrecer programas más rigurosos que los que se han alimentado de arremeter contra compañeros de la profesión en Madrid por el mero hecho de ser críticos con el pensamiento nacionalista, haciendo con todos ellos un ‘cocidito’ de difícil digestión. Bien es cierto que en algunos programas de debate político la dirección del caserío electrónico ha intentado incorporar a tertulianos alternativos a los nacionalistas, pero la proporción de los invitados era tan desproporcionada (5 a 1 por ejemplo) que algunos periodistas han declinado participar, por sistema, hasta ahora en ese tipo de tertulias por considerarlas «unas encerronas».

Han sido años de «anomalía» informativa en EiTB. O, ¿cómo se puede llamar, si no, al hecho de que el discurso navideño del Rey haya sido sistemáticamente ignorado? Una situación que no se ha dado siquiera en Cataluña. Si se produce el Gobierno del cambio deberá contar, para acometer el reto del giro en el ente público, con una nueva cúpula, integrada por mandos más abiertos. Y como el nombramiento del director general de EiTB debe ser aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento de Vitoria, están poniendo toda su energía en garantizarse la mayoría que reúnen los dos partidos, los 38 y, quizás, algún voto más.

Para que las víctimas del terrorismo dejen de sentir la humillación que han sufrido cada vez que se les ponía el altavoz a los cómplices del terrorismo, tendrá que producirse un cambio profundo. El desaparecido Mario Onaindía recriminó en una ocasión, en plena entrevista a un periodista de Radio Euskadi, que ante la situación de violencia y amenazas que se vivía en Euskadi «vosotros estáis mirando para otro lado», lo que originó un momento tan tenso con el periodista en cuestión que todavía se recuerda en los medios.

En la pasada campaña electoral, Antonio Basagoiti comentó, durante una entrevista televisiva, que quería propiciar el cambio, entre otras cosas, para que ETB no diera «tanta bola a ETA». Y se armó la traca. Para que no se vuelvan a dar esos reproches, los negociadores de López y Basagoiti están diseñando el cambio. Entramos en la semana decisiva para que los acuerdos adoptados entre el PSE y el PP de Euskadi se pasen a limpio y faciliten la designación de Patxi López como presidente del nuevo Gobierno vasco. Y si los dos partidos están siendo tan cuidadosos en tiempo y forma es porque necesariamente tienen que acordar un soporte de programa de gobierno.

Una circunstancia en la que no cree el PNV, que se empeña todavía en no comprender cómo una política de alianzas no puede darse para gobernar en Ajuria Enea cuando hizo posible el vuelco en el Gobierno foral de Álava, dirigido ahora por la tercera fuerza electoral, el PNV. Seguirán las presiones sobre Patxi López hasta el mismo día en que presente su candidatura en el Parlamento vasco. Seguirán también las presiones sobre Antonio Basagoiti. La irrupción de Carlos Iturgaiz hablando de lo que sería «mezquino» o no por parte de los socialistas vascos cayó como un jarro de agua fría en el Partido Popular, que está manteniendo un equilibrio muy cuidadoso entre la petición de gestos que debe realizar el Partido Socialista a cambio de su apoyo y la conciencia de que no están, ni mucho menos, en un escenario de intercambio de cargos.

Tonia Etxarri, EL CORREO, 23/3/2009