Si sale adelante la impugnación parcial de las listas de ANV, el gobierno se libraría del coste electoral de dejar pasar las candidaturas del entorno de ETA, como tal, y el círculo de Otegi lo interpretaría como un gesto del Gobierno para no cerrarle todas las puertas. La izquierda abertzale volverá a las instituciones y ETA seguirá apretando las tuercas. Bonito plan.
Una vez proclamadas las candidaturas a las próximas elecciones municipales y forales, todos pendientes de la Sala 61 del Tribunal Supremo que deberá dictar su resolución en torno a las candidaturas satélite de Batasuna en un par de días. Los 16 magistrados, cuyo nombre y ficha están en poder del abogado abertzale, Iñigo Iruin, deberán decidir si dan vía libre a las 225 listas de ANV más las 225 de ASB junto a las 300 configuradas por varias agrupaciones de ‘la cosa’. Un trabajito de nada sobre el que están puestas todas las expectativas del grupo de Otegi para recuperar el poder municipal, que tanto necesitan.
Porque lo necesitan para volver a contar con presupuesto, para tener acceso al censo de todos los sufridos convecinos y para recuperar esa capacidad de presión cuando se sigue utilizando el miedo que provoca saber que detrás de ellos, o al lado, justo al lado, permanece el ‘lobby’ terrorista. Desde el Partido Socialista, dice López que confía en el Estado de Derecho. El PP también. Pero sus diagnósticos son radicalmente diferentes. El primero, al pertenecer al partido que fue, de nuevo, engañado por el entorno de ETA, acarrea el ‘hándicap’ de la falta de credibilidad. Es el precio de estar en el poder.
A otros gobiernos les ocurrió algo parecido cuando ETA les puso la muleta. Y, ahora, con el presidente Zapatero no están yendo las cosas de otra manera. Por mucho que el actual presidente, en un ataque de vanidad, creyera que él iba a lograr lo que otros, en su mismo puesto, no consiguieron. Lo más inútil de este delicado momento, son las intervenciones de los que quieren salir a flote, como sea, en un proceso en el que no están teniendo protagonismo alguno, como es el caso de la presidenta de EA, que dice que el seguimiento de las listas electorales de los presuntos satélites de Batasuna, se está utilizando contra el proceso de paz. Pero como nadie le hace caso, la gravedad se centra en la portería por donde le van a entrar los goles de las candidaturas lanzados a la arena por la propia Batasuna.
El debate gira en torno a la coherencia de la impugnación parcial de las listas de ANV. ¿Batasuna cometería únicamente, delito en unas listas y otras no? La duda se despejará en breve. Si, al final ANV saliera indemne, a nadie se le escapa que la política de negociación del Gobierno con ETA saldría beneficiada.
El gobierno se libraría del coste electoral que le supondría dejar pasar las candidaturas del entorno de ETA, como tal, a las urnas y en el círculo de Otegi se interpretaría como un gesto del gobierno de Zapatero para no cerrarle todas las puertas. Al final, sólo quedará una duda: saber cuántos se han colado por la puerta delantera. Porque vamos a estar rodeados. La llamada izquierda abertzale volverá, por sus fueros, a las instituciones locales. Y, a pesar de eso, ETA seguirá apretando las tuercas. Bonito plan.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 2/5/2007