Isabel San Sebastián-ABC

  • Si el presidente gallego e Isabel Díaz Ayuso unen fuerzas en favor de las siglas, el PP saldrá reforzado con un tándem ganador

Por mucho que intenten atrincherarse Pablo Casado, Teodoro García Egea y demás piezas del equipo cuya vileza ha destrozado al PP, en el pecado llevan la penitencia. Están condenados por sus bases (ahí están las encuestas), por la mayoría de los barones que, a diferencia de ellos, sí han ganado elecciones, por la prensa que leen sus votantes, unánime en la exigencia de dimisiones, y por la voz de calle, muy elocuente en Madrid. Son zombis. Muertos políticos aferrados a sus suculentos sueldos, letales para una Nación que necesita desesperadamente una alternativa a Pedro Sánchez. ¿Quién es la persona adecuada para encabezarla con opciones de éxito? Alberto Núñez Feijóo.

El presidente gallego atesora las virtudes requeridas para atajar esta crisis y liderar la candidatura popular en las generales. Es el único que puede hacerlo. Tiene en su haber cuatro mayorías absolutas. Cuenta con una autoridad indiscutible entre los cuadros del partido a escala nacional. Goza de experiencia sobrada, ahora que esa cualidad va a resultar indispensable para salir del atolladero en el que Casado ha metido a la formación. Es respetado y valorado por los llamados “poderes fácticos”, desde el mundo empresarial y financiero al de los medios de comunicación. Tiene prestigio internacional. Ha demostrado con creces su capacidad para gestionar con eficacia no solo su comunidad autónoma, sino importantes organismos estatales como el Insalud o Correos. Es sensato, razonable, inteligente y sobre todo pragmático. Lo cual significa que peleará hasta el límite de sus fuerzas por conseguir un buen resultado y después tejerá el mejor acuerdo posible en aras de alcanzar la Moncloa, asumiendo que su socio no podrá ser otro que Vox, dado que el PSOE se ha inhabilitado a sí mismo para integrar cualquier fórmula dentro de la Constitución.

Feijóo es sinónimo de consenso en las filas del PP. Tal vez Isabel Díaz Ayuso despierte más entusiasmo en una parte del electorado, pero la puñalada trapera que le ha propinado su antiguo amigo la obliga a centrarse en la Comunidad de Madrid y asegurar una mayoría a ser posible absoluta en las próximas autonómicas. Esa es además su vocación y lo que recomienda la lógica de la edad, dados los resultados nefastos que arroja la efebocracia imperante. Ayuso es un animal político extraordinario, con tiempo y potencial sobrados. Feijóo no le va a la zaga en lo primero, pero suma a ese rasgo innato madurez para aprovecharlo al máximo. Ayer ambos dieron pasos en la buena dirección: Ella, demostrando que no oculta nada al enviar “motu proprio” a la Fiscalía toda la información relativa al chantaje fallido. Él, pidiendo la renuncia de Casado y un congreso extraordinario urgente al que entendemos concurrirá como único postulante. Si esos dos pesos pesados unen fuerzas en favor las siglas, el PP saldrá reforzado con un tandem ganador.