Carlos Sánchez-El Confidencial
- La guerra ha entrado en su tercera semana. El mundo ha cambiado desde que los tanques rusos entraron en Ucrania. Esta es la visión de un estratega en activo
«Si todos hicieran la guerra por convicción, no habría guerra». ‘Guerra y paz’. León Tolstói.
La invasión de Ucrania ha entrado en su tercera semana. Un tiempo suficiente para reflexionar y sacar las primeras conclusiones. También lo es para bucear en las causas del conflicto. Esta es la transcripción literal —salvo labores de edición— de una larga conversación con un experto en geopolítica en activo, con influencias en las decisiones del Ministerio de Defensa, que prefiere ocultar su identidad.
«Las pasiones humanas también se proyectan en las relaciones internacionales, y esa es, precisamente, la fuerza de la democracia, que modera las pulsiones de los hombres, pero no las anula (…). A veces se nos olvida que EEUU también tiene ambiciones geopolíticas, lo mismo que Rusia o China. Europa, por el contrario, se ha quedado fuera de la geopolítica y funciona a merced de los intereses de Washington (…). Si Europa hubiese tenido peso geopolítico, esta guerra no se habría producido. Vamos a perder todos. Trump favoreció el fracking y Biden puso todas las trabas que pudo, pero ahora es lo que está salvando a Europa, obligada a comprar hidrocarburos procedentes de EEUU (…). El mayor interés para España es que no haya guerra con Rusia. Rusia, por razones obvias de carácter geográfico, siempre va a estar ahí y su capacidad para desestabilizar el mundo es enorme: Argelia, Libia, Siria… O Mali, donde han expulsado a los franceses. El ejército argelino se aprovisiona de Rusia. ¿Qué pasaría si Argel arma al Polisario en su lucha contra Marruecos, que es el principal aliado de EEUU en el norte de África, y cada vez más cerca de Israel? En África hay una revancha anticolonialista y Rusia lo está aprovechando. Ahí está la intervención del embajador de Kenia en Naciones Unidas recordando que las fronteras de África se impusieron desde las metrópolis (…). Europa ha dejado en manos de EEUU su política de seguridad. Alemania siempre ha defendido la ‘ostpolitik’, aquella política iniciada por Willy Brandt para tener buenas relaciones con sus vecinos, los países del Este, en plena guerra fría. Y que era la misma estrategia que el posibilismo que siempre defendió Kissinger, y que decía que los principios no se negocian. Kissinger sostiene que el peor de los mundos posibles es que Rusia y China se entiendan (…). Los dos países siempre han estado peleados porque históricamente quien ha perdido mucho territorio fue China, cuyas fronteras fueron impuestas por la Rusia imperial (…). Rusia y China siempre han competido por dos modelos distintos de comunismo, pero al final se han entendido. Rusia sabe que solo puede sobrevivir con China, quien también, sin embargo, necesita a Moscú por su interés estratégico en proveerse de materias primas (…). India, además, se está acercando a Rusia, porque todavía, como sucede con África, sobrevive la idea anticolonialista. Además, piensa que el siglo XXI es el momento de Asia. Su acercamiento a EEUU es táctico para alejarse de China (…). Rusia, igualmente, puede exportar los conflictos gracias a su capacidad de desestabilización en Pakistán o Irán… Ahí está el caso de los pastunes, que forman una especie de ‘Pastukistán‘ entre Pakistán y Afganistán (…). Lo que no puede ser es que Europa dependa energéticamente de Rusia y que no haya sido capaz de establecer, en paralelo, su propia política de seguridad (…). El mundo anglosajón ha decidido utilizar a Ucrania para sus intereses. A EEUU no le interesa nada Kiev desde un punto de vista estratégico, al contrario que a Europa, lo que le interesa es limitar el poder de Moscú (…). Putin, al contrario que sucede en Ucrania, tiene el poder, y los oligarcas obedecen, pero en Kiev, un país muy corrupto, sucede lo contrario. Mandan las oligarquías. Con Yeltsin quienes mandaban eran los oligarcas, y eso es lo que hace que Putin tenga gran prestigio en Rusia. Los oligarcas son anteriores a la llegada de Putin al poder. La fuerza del presidente ruso es recordar que las peores invasiones de la historia siempre las ha sufrido Rusia. Napoleón invadió España con más de 100.000 soldados y en algún momento llegó a tener más de 300.000. Napoleón llevó a Rusia más de 600.000 soldados. Por eso, el concepto de seguridad es muy importante para Moscú. Y ahí está la invasión de Hitler, más de 20 millones de rusos murieron en lo que allí se llama Gran Guerra Patriótica. No es de extrañar, por eso, que Putin hable constantemente de la necesidad de desnazificar Ucrania, que colaboró con Hitler, lo que supuso el florecimiento del nacionalismo ucraniano. Y si a eso se junta el actual nacionalismo ruso, es una combinación explosiva (…). Rusia es a la vez un socio difícil y un enemigo peligroso. La política de confrontación no se puede hacer cuando dependes de la energía rusa (…). Si esta guerra se alarga, aumentan las probabilidades de una III Guerra mundial. Ucrania no puede sobrevivir sin ayuda militar. Los tanques y los helicópteros, en las guerras modernas con alta tecnología son muy vulnerables. También los buques de guerra. (…). España siempre ha estado aislada, ni siquiera fue al Congreso de Viena, donde se repartió el mundo, porque estaba devastada después de la guerra contra Napoleón, aquello aceleró las independencias americanas y la pérdida de las colonias (…). Ucrania se está convirtiendo de facto, aunque no de iure, en un país de la UE (…). Rusia tiene vocación geopolítica. La Estrategia Nacional de Seguridad de Rusia dice en su preámbulo que Rusia no puede renunciar a ser un país soberano. Sin embargo, EEUU piensa que es el único que tiene derecho a ser soberano porque tiene una superioridad moral gracias a la democracia. Rusia, por su parte, tiene una interpretación marxista, de origen hegeliano, de la realidad. Para ellos, el final de la historia es el comunismo, lo mismo que decía Fukuyama cuando cayó el Muro de Berlín, pero al revés. A veces se olvida que el libro más famoso de Fukuyama se titula El fin de la historia… y el último hombre. Toda una declaración de principios. Los valores son poder (…). O China y Rusia juegan una parte del tablero geopolítico o se entenderán. Graham Allison ya escribió de ello hace años cuando habló de la trampa de Tucídides para evitar la guerra. Él entendió que, a veces, un evento inesperado y extraordinario, puede desencadenar un conflicto a gran escala. (…). Como dice Javier Gomá, nunca hemos vivido mejor, pero nunca hemos tenido tanto poder para destruirnos. Has armado a Ucrania y ahora, paradójicamente, no puede intervenir directamente porque podría internacionalizarse el conflicto. Te achantas. Puro cinismo (…). El Gobierno español está temblando. España ha puesto su seguridad en manos de la OTAN, como toda Europa. No tenemos soberanía para tomar decisiones. O política de contención o nos haremos mucho daño (…). España es un país excéntrico, observo demasiado entusiasmo militarista. Hay que ser capaces de aislarse del problema. Nuestro compromiso con Ucrania no nos obliga a intervenir. No tenemos un ejército para ir a Ucrania y desatender el frente sur (…). En dos semanas hemos pasado de un mundo gestionable a un mundo imprevisible que puede destruir la humanidad. Putin nunca ha hablado de invadir Polonia, que busca una revancha histórica, ni de los países bálticos. Ucrania se puso al lado de Hitler, que luego humilló a los ucranianos troceando el territorio (…). Putin está obsesionado con la historia, y sabe que su salida al mar siempre ha sido muy complicada porque en invierno tiene que hacerlo por estrechos, donde son numerosos los ‘choke point’, cuellos de botella. Por eso, para ellos, es muy importante Crimea, donde obtuvieron el derecho a construir dos puertos en aguas del mar Negro tras la guerra ruso-turca. Lo mismo que en Cuba subsiste una base norteamericana, también en Crimea. (…). Realmente, no sabemos qué está pasando dentro de Rusia, en el Kremlin. Mearsheimer, en 2014, ya lo advirtió. Antes de que Ucrania entre en la OTAN, Rusia usará la fuerza. Ucrania, para EEUU, no tiene el mismo valor estratégico que tiene para Europa, que se ha dejado llevar. En las relaciones internacionales no existen consideraciones éticas, ahora se quiere comprar petróleo a Venezuela o Irán. O es que Qatar, el gran productor de gas, es una democracia occidental (…). Rusia ha sido pactista desde siempre. Los cosacos siempre lo han sido. ¿O no es ser pragmático y pactista cuando Turquía derribó un avión suyo y Moscú no respondió militarmente? (…). Si Rusia se viera derrotada y humillada, no es descartable una salida a lo Hiroshima, el lanzamiento de una bomba nuclear muy localizada para poner fin al conflicto». Fin de la cita.