Necesitamos un pacto

IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

La situación es desoladora. El campo, arrasado y en armas. El transporte, atascado y en ebullición. Las empresas, preparando ERTE a paladas, acuciadas por los costes y las dificultades de aprovisionamiento. Los precios, de trekking por las alturas, aunque todavía no han hecho cumbre, mientras los tipos de interés se preparan para iniciar la subida. Los fondos europeos, que iban a ser el bálsamo de todos nuestros males, atascados en el marasmo de una Administración excesivamente compleja, diversa e ineficaz. La UE, que no quiere hacer lo que queremos hacer con el gas y la electricidad. Y no me extraña, porque cambiamos de opinión cada diez minutos. Nadie sabe a qué se han comprometido el presidente y los marroquíes, pero los argelinos están irritados por la asombrosa ciaboga en la cuestión del Sáhara. La decisión, completamente inexplicada y bastante inexplicable, no puede ser más temeraria e inoportuna. Para un tema en el que éramos fuertes, van y lo ponen en peligro. Y ante todo eso, lo que de manera muy aproximada llamamos Gobierno está cerrado por descanso hasta el día 29 y no quiere adoptar medidas, mientras todos los socios de la UE actúan.

Seguro que me dejo cosas, pero creo que son suficientes para llegar a varias conclusiones:

1.- Este Gobierno, o lo que sea eso que dicen que nos gobierna, es perfectamente incapaz de gestionar la situación. Carece de la mínima cohesión interna y discrepan de todo. Salvo muy escasas excepciones, sus miembros no están preparados para enfrentarse a la magnitud de los problemas a los que nos enfrentamos. No supieron gestionar la pandemia y no saben gestionar la crisis actual. Todo ello consecuencia de que, simplemente, no saben gestionar. Así de simple.

2.- No están los tiempos para ir a elecciones. Solo nos faltan más meses de inacción y nuevos enfrentamientos estériles. Pero sí necesitamos un gran pacto nacional.

3.- Hay que cerrar esto que, por vagancia intelectual, llamamos Gobierno y poner en marcha uno de emergencia entre el PSOE y el PP, apoyado por Ciudadanos, el PNV y quien esté dispuesto a arrimar el hombro, con un mínimo de coherencia.

4.- Hay que ser poco ambiciosos y olvidarse de grandes acuerdos a largo plazo que serían difíciles de alcanzar e imposibles de cumplir en las actuales circunstancias. Hay que concentrarse en el corto plazo. Sacar al país del marasmo e impedir que se derrumbe el edificio económico y social. Un Gobierno y un acuerdo que dure hasta las elecciones. Con eso podemos conformarnos. Pero lo necesitamos con urgencia. ¿A qué deberíamos esperar?