No lo veo

IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

El Consejo General del Notariado nos proporciona unos datos curiosos. Las donaciones subieron un 33,7% en 2021, mientras que los testamentos (+14,6%) y las aceptaciones de herencias (+22,2%) aumentaron también de manera extraordinaria. Supongo que a la hora de descubrir las razones que se esconden detrás de este comportamiento inusual necesitaremos una ‘menestra’ de motivos. Los hay de índole sanitaria. Ha habido un elevado número -nunca bien precisado – de muertes que explicaría las mayores aceptaciones de herencias. Y las donaciones y los testamentos pueden derivarse del ‘aviso’ que ha dado la pandemia, sobre todo a las personas de cierta edad. En esa edad en la que aparece la conveniencia de pensar en las últimas voluntades. Algo que no se le ocurre hacer a ningún joven.

También podría ser que las amenazas constantes y estruendosas de una eminente subida de los impuestos que gravan las transmisiones lucrativas, intervivos y mortis causa, hayan llevado al ánimo de la gente la conveniencia de adelantar la transmisión de bienes, aprovechando una fiscalidad menos dura. Pero, si así fuera, pienso que el miedo a tal supuesto es exagerado. No crea que minusvaloro la capacidad de este Gobierno de cometer cualquier tropelía de este tenor, pero no lo veo. Desde que se empezó a construir el Estado de las Autonomías, y como es natural, todo el movimiento de cesión ha ido desde el Estado central a ellas. Un movimiento que, en las gobernadas por partidos nacionalistas, ha estado siempre acompañado de un latiguillo en la asunción de las nuevas competencias: ‘Esto es lo mínimo que podemos aceptar y, por supuesto, lo hacemos sin merma, ni dejación, de los derechos históricos que nos corresponden’.

¿Aceptarán ahora la inversión del movimiento, una vez que estos impuestos han sido transferidos a las comunidades autónomas prácticamente en su totalidad? Sinceramente, no lo veo. No veo al PNV o a ERC o JxC admitiendo semejante intromisión, ni aún en el supuesto de que considerasen conveniente la medida. Cosa que, por cierto, tampoco lo veo. Siendo así, ¿de verdad cree que se atreverá el Gobierno a abrir ese frente y provocar el levantamiento airado y victimista de las autonomías o al menos de las que no controla?

Siempre podrá apelar a que son impuestos ‘de ricos’, pero si quiere apoyar a los menos favorecidos, puede aceptar el plan de Feijóo, que se dirige a ellos precisamente. Algo que tampoco hará, ¡aunque le guste!, por venir la idea de donde viene.