Muy alta es la consideración intelectual que me ha merecido siempre la Santa de Ávila, indiscutible antonomasia, pero debo confesar que cada vez que oía hablar del brazo incorrupto de Santa Teresa, reliquia que el dictador tenía siempre en su mesilla de noche, albergaba la sospecha de que para merecer el calificativo tendría que ser de plástico. En realidad no era un brazo, sino una mano a la que le faltaba el dedo meñique, porque el superior del Carmelo, Jerónimo Gracián, lo había cortado para quedárselo y conjurar enfermedades.
La impresión no estaba muy desencaminada. La corrupción ha sido siempre el caballo de batalla de la izquierda contra el PP. Recordarán ustedes los tiempos de la Gürtel y su ramificación valenciana, los trajes de Camps que merecieron 169 portadas en El País, la F1, la visita del Papa, sin olvidarnos de la web Rita Leaks que impulsaron los honestos Joan Ribó y Mónica Oltra.
Mientras todo esto ocurría, los socialistas valencianos emitían decenas y decenas de facturas, que revelaban sobornos a cargos del partido y una posible financiación ilegal del PSOE. Cinco años de facturas entre 2007 y 2012, es decir, un estrategia que ya estaba en marcha aquel 6 de febrero de 2009, en que el juez prevaricador detuvo a la plana mayor de la Gürtel, ordenó el ingreso en prisión de sus ‘imputeados’ y arrancó el gran proceso de corrupción contra el principal partido de la oposición, de lo que fue a tratar aquella misma noche en una cena de Andújar con el ministro de Justicia, el comisario jefe de la Policía Judicial y una fiscal íntima que andando el tiempo sería ministra de Justicia y fiscal general del Estado.
Nunca se ha visto semejante ludibrio. Pero hay más. José Luis Vara, abogado del PSOE cobró con facturas falsas una cantidad importante al empresario Jaime Febrer para engrasar desarrollos urbanísticos y según cree la Fiscalía, para la financiación ilegal del partido. Lo de las facturas falsas es un clásico. El Ayuntamiento de Baena puso en marcha una red que invocaba motivos piadosos como la Semana Santa o la cofradía de la Virgen de los Desamparados para sufragar excursiones a un famoso puticlub de Marbella, el Milady Palace. El artífice de tal ingeniería contable, un tal Santano, le decía al alcalde en conversación que fue legalmente grabada por la Guardia Civil: “Es que a mí me da apuro gastarme dinero mío en estas cosas”.
Bueno, pues el abogado del empresario Febrer es Manuel Mata, vicesecretario general de Ximo Puig y portavoz del partido en Les Corts hasta hace tres semanas. El sábado, mientras el Jefe del Estado representaba a España, presidiendo el desfile de las fuerzas armadas, Sánchez, el virtuoso, oficiaba un mitin en Dos Hermanas para reivindicar la infamia de la moción de censura y denunciar la corrupción del PP. En Sevilla, donde el Supremo ratificará en un mes las condenas de los expresidentes Chaves y Griñán por el mayor caso de corrupción de la historia de España.
Fue a jactarse a Dos Hermanas, donde el condenado Chaves dijo en un mitin en 2008: “Tenemos que ganar, porque se lo debemos a nuestros padres y abuelos, que lo pasaron muy mal durante el franquismo”. Además de robar, también mentía, lo cantaba una foto en la que su padre, el coronel Antonio Chaves Pla, tomaba en 1973 el aperitivo en Sevilla con el teniente general Álvarez-Arenas Pacheco, capitán general de la 2ª Región Militar.