MIQUEL ESCUDERO-El Imparcial

Antigua colonia cartaginesa, Ceuta, situada a 14 kilómetros de la Península Ibérica, fue considerada ‘llave de España’ por ser un trampolín para la invasión musulmana que se produjo en el siglo VIII, tras la batalla del Guadalete. La reconquistó Portugal en 1415, y ha sido española desde que Felipe II fuera también rey de Portugal.

Melilla, situada a 130 kilómetros de la Península Ibérica, fue fundada por España cuando la realidad marroquí era inexistente, como plaza contra los reyezuelos bereberes que atacaban, saqueaban y raptaban en las costas españolas.

Hoy día, ambas son ciudades autónomas del Reino de España. Sobre una superficie de 20 kilómetros cuadrados, Ceuta tiene más de 80.000 habitantes; algo menos que Melilla, que tiene, en cambio, sólo 12 kilómetros cuadrados.

Melilla tiene menor PIB per cápita que Ceuta, mayor tasa de desempleo, de fracaso escolar y un riesgo de pobreza muy alto.

Hace poco más de un año, se llegó a una situación límite con la invasión de Ceuta por más de diez mil personas durante los días 17 y 18 de mayo de 2021, “como resultado de una acción hostil del Gobierno marroquí contra España”; el mundo al revés: los portavoces del Gobierno alauita no han dejado de referirse a Ceuta y Melilla como ‘ciudades expoliadas y ocupadas’.

El eurodiputado Jordi Cañas, de Cs, impulsó entonces un debate con resolución en el Parlamento Europeo para condenar esa estrategia contra una ciudad española y europea. Se resolvió así hacer explícito que ambas ciudades son una frontera exterior de la Unión Europea, a la que concierne su protección y seguridad. Inteligente y extraordinariamente trabajador (busquen datos comparativos de su labor con la del resto de eurodiputados, algunos de ellos fugados en todos los sentidos), Jordi Cañas ha presentado un espléndido informe con el título: Ceuta y Melilla: +España, +Europa, dando estrategias para la mayor integración política, institucional y económica de ambas ciudades en la Unión Europea, y ofreciendo una hoja de ruta de cambios económicos, comerciales y de control fronterizo.

Este trabajo es consecuencia del compromiso personal del político catalán con los ciudadanos de Ceuta y Melilla, con la defensa de sus libertades y con su derecho a un futuro en paz y prosperidad.

Se trata de la puesta en marcha de tres grandes medidas, analizadas con detalle y rigor en sus pros y contras. A saber: Inclusión en el espacio Schengen; Integración en el TAU (Territorio Aduanero de la Unión); Aplicación del Estatuto de Región Ultraperiférica. Un mensaje firme para reforzar la europeidad de estos dos enclaves.

 

 

Se quiere conseguir para los ciudadanos más recursos para un mayor crecimiento que dé más seguridad y respeto, un futuro mejor. En especial, participar en los Fondos Estructurales de Inversión Europeos específicamente previstos para dichas zonas.

Valga señalar que Schengen es una localidad luxemburguesa, cercana al lugar en que confluyen las fronteras de Alemania, Francia y Luxemburgo. El Convenio de Schengen no entró plenamente en vigor hasta 1995. Su principal objetivo: “suprimir los controles sobre la circulación de personas en las fronteras interiores mediante la transferencia de los controles a las fronteras exteriores”. Se pretende prevenir la inmigración clandestina, la trata de seres humanos y las amenazas a la seguridad interior y a la salud pública.

Hoy día, todos los miembros de la UE están en el espacio Schengen, a excepción de Chipre, Croacia, Rumanía, Bulgaria e Irlanda, mientras que sí están acogidos a este espacio países no integrados en la UE: Islandia, Noruega y Suiza. Tienen una base de datos compartida y una colaboración judicial privilegiada.

Cabe indicar otros dos territorios que, a efectos aduaneros, son un tercer Estado y no están incluidos en el TAU: Büsingen am Hochrhein (Alemania) y Livigno (Italia). Y, por lo que respecta a las Regiones Ultraperiféricas: son, actualmente, Guadalupe, la Guayana Francesa, Martinica, Mayotte, la Reunión, San Martín, las Azores, Madeira y las islas Canarias (que, de todas ellas, es la de mayor población y cuyos flujos socioeconómicos son los más relevantes).

No podemos por menos que felicitarnos por las claras propuestas de este informe, con el deseo de que lleguen a hacerse efectivas para el progreso y la calidad de vida de la ciudadanía de Ceuta y Melilla. Importan de veras. Recuerdo, en cambio, a Prenafeta, mano derecha de Pujol, decir que Maragall sentía por Cataluña lo que él podía sentir por Ceuta y Melilla. Esto es, nada. ‘No nos quieren’…