Dos errores

IGNACIO MARCO-GARDOQUI-El Correo

Una vez más me equivoqué y esta, por partida doble. La primera al suponer que Pedro Sánchez pensaba en las próximas elecciones y, como en Andalucía ha perdido votantes a chorro hacia la abstención y el PP, iba a centrar su Gobierno. Pues no. Sánchez solo piensa en durar, solo le preocupa el hoy y ha decidido que es mejor apuntalar su Ejecutivo para culminar la legislatura que mejorar sus expectativas electorales. Están tan lejos… Luego, le creí que iba a aplicar medidas para luchar contra la inflación. Pues tampoco. Han ido dirigidas a luchar contra el descontento que provoca la inflación, que no es lo mismo. Es decir, no va a doblegar a los precios, pero esparce la carnaza de los impuestos a los ‘ricos’ para calmar a quienes anteponen la ideología al sentido común. El debate sobre el (preocupante) estado de la nación no ha disipado incertidumbres, ni arreglará problemas, solo ha servido para apuntalar el (desastroso) estado de la coalición. Quizás fuera ese su objetivo.

Su programa es el programa de Podemos en versión Sánchez. Las dos medidas estrella han sido dos subidas de impuestos. ¿Van a bajar la inflación? No, probablemente colaborarán a subirla, si los sectores afectados logran traspasar el esfuerzo fiscal a los precios de los productos y servicios que proveen. Dice que va a recaudar 3.500 millones al año, durante dos. ¿Cómo lo sabe? ¿Y no sabe que nuestro problema es de decenas (muchas) de miles de millones, no de pocos miles? Para estimar la recaudación de un impuesto es necesario conocer dos pequeños detalles. Uno, la base imponible sobre la que se va a aplicar. Aquí se trata de los ‘beneficios extraordinarios’ y no ha dicho qué parte de los beneficios son ordinarios y qué otra son extraordinarios. A la banca le gravará por los beneficios inducidos por la subida de los tipos. ¿Le compensó durante los muchos años que han estado ausentes o incluso han sido negativos? Y luego hay que determinar el tipo impositivo. ¿Cuál va a ser en este caso? Ni idea. Así que, o nos ocultó una información tan importante que debería haberla trasmitido al país, o habla por hablar y lanza cifras a voleo para contentar a quien desea estar contento.

Hay muchos que se alegran de este castigo a los ‘poderosos’ y que observan con alborozo las caídas que provoca en Bolsa. Hacen mal. No se dan cuenta de que los principales accionistas de esas empresas son los fondos de pensiones y de inversión; es decir, el ahorro nacional e internacional de millones de personas normales y corrientes. Y una gran parte de ese castigo es consecuencia del daño infligido a la seguridad jurídica. Quizás nos acordemos de ello cuando les pidamos el dinero que necesitamos para financiar el mastodóntico montón de deuda que acumulamos. Porque eso sí, de ahorrar en el gasto, ni una sola palabra. El piloto del Falcon estará encantado…