No cuadran, ¿y?

IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

La AIReF (el último apeadero del ministro Escrivá cuando no era dependiente), se sumó ayer a las críticas que el día anterior había planteado el gobernador del Banco de España a los Presupuestos del Estado. Ya sabe, un cálculo excesivamente optimista en los ingresos debido a que el crecimiento será, en su opinión, la mitad de vigoroso que el previsto por el Gobierno. Lo que nos conduce a un descuadre mayor de los gastos, dado que en un año electoral nadie duda de que éstos sí se cumplirán a rajatabla, si no es con exceso.

La vicepresidenta primera tuvo ayer el cuajo de asegurar que seguimos en una senda robusta de crecimiento, superior a la de nuestros vecinos, como aseguran todos los organismos internacionales. Correcto, es cierto. Demos por bueno que el ‘pulpo’ de un crecimiento de poco más de 1% es un ‘robusto’ animal de compañía. Pero, entonces, si los organismos internacionales son el árbitro y la referencia en la disputa, ¿por qué razón no utiliza sus previsiones de crecimiento y mantiene las suyas que se quedan en la mitad? Es decir, ¿por qué sirven para corroborar la tendencia y no para ratificar el resultado?

Hernández de Cos dijo cosas muy sensatas, de esas que hoy en día no sirven para nada y tan solo provocan melancolía. Como eso de que no podemos construir un esquema de ayudas sociales estructural sobre un soporte de ingresos coyuntural; y que indexar los gastos -como las pensiones- con respecto al IPC, supone trasladar un impacto terrible a las cuentas venideras y poner en peligro su estabilidad futura.

También insistió en la necesidad y en la conveniencia de conseguir un pacto de rentas, partiendo de la base de que las circunstancias externas provocarán una merma cierta de nuestro bienestar y que necesitamos acordar su reparto. Ingenuo… ¿Qué queda por pactar, cuando el Gobierno ha determinado ya la subida de los salarios de los funcionarios públicos, la actualización de las pensiones, los aumentos de las cotizaciones sociales y toda una batería de alzas de impuestos a las empresas? Unos impuestos indirectos (los catalogados como regresivos) que se miden en unidades de decenas de miles de millones de euros, envueltos en un excipiente de subidas a los ricos (los catalogados como progresistas) que se miden solo en miles de millones.

Quien sepa sumar sabrá que estos Presupuestos no cuadran. Pero a quienes compran votos con ellos, esas menudencias les dan exactamente igual.