Lo golpista no quita lo versátil

JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC

  • Parece que en el reino de las maletas con billetes, el autócrata español ha sabido caer bien a Madame Úrsula, la baranda del negocio

A nadie le ha sorprendido el giro interpretativo del autócrata. Dada la cantidad de perfiles que le hemos visto construir, lo del lunes fue una cosa menor. Tono quedo de abusón cogido con las manos en la masa, hipócrita hasta la medula, y esa cara que pone cuando quiere parecer normal y no el déspota que es, dispuesto a abrirse paso a dentelladas. El mecanismo es bastante simple, al fin y al cabo solo tiene dos registros. La mitad de los asistentes a los premios Goya solo tienen un registro y ahí están, viviendo o malviviendo de ello y celebrando sus Oscar de todo a cien. Entre el colectivo de los actores, Sánchez es de los buenos, con sus dos caras y sus dos voces. ¿Para qué mas? Tampoco necesitamos un Sánchez malo del tipo Jack Nicholson en ‘El resplandor’, que ya tiene lo suyo el nuestro sin blandir el hacha. De momento. Mucho más esfuerzo debe echar para interpretar al estadista bueno, al hombre cabal, al fiable socialdemócrata allá en las Europas. Es decir, en Bruselas, ciudad varias veces tomada, la última vez por el muslime, la penúltima por el funcionario europeo. Parece que en el reino de las maletas con billetes, la nulidad engolada y los mejillones con mantequilla, el autócrata español ha sabido caer bien a Madame Úrsula, la baranda del negocio.

A ver si me entiendes. El tipo ha venido a la historia para demostrar el imponente poder de la nada. No le negaremos el turbio mérito de aglutinar en torno a sí a todos los enemigos de España, a la tropa chavista y peronista, más cuantos entraron en política deseosos de ser comprados y vendidos. Este potaje nauseabundo nos parece muy adecuado para Sánchez, pero si se viene arriba y pretende servírnoslo para Navidad, habrá que decirle algo. Lo ha hecho el TC porque le tocaba, porque el autogolpe de Sánchez requiere la muerte de los demás poderes, sin perjuicio de que sus cadáveres puedan estar ahí colocados por un taxidermista en actitud dinámica, cobrar sus emolumentos, mantener a los ujieres, etc.

¿Cómo van a seguir las coles de Bruselas con la matraca de las ‘iliberales’ Polonia y Hungría estando ahí, con los socialistas (je), al mayor dictador ‘wannabe’ de las últimas décadas? Comodín: Úrsula puede aceptarlo casi todo, pero no todo. Tiene debilidad por Sánchez y sobre gustos no hay nada escrito. Pero con la morterada de los fondos europeos, poca broma. Por eso, como los grandes mimos, el tipo se pasa una mano por la cara blanquísima, de arriba abajo, y donde había un bravucón de barra de bar aparece un pescado hervido sin espinas. Un hombre bueno y sin aristas. Un santo. Tiene que poder aterrizar en el no-país, bajarse calmo del coche, intentando no pasar por encima de ningún rey y, modulando la voz a lo Manolo Otero, acabar susurrando: «Dont worry, Úrsula. Where’s the money? Money, money, money…» «Qué zalamero eres, ladrón». De regreso a España se presentará Mr. Hyde.