La tercera Fortuna

IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

  • Aquí hemos perdido el respeto a las reglas del mercado, que un día nos entusiasmaron a la mayoría

Situado estratégicamente entre la esperanza frustrada (para casi todos) del gordo de Navidad y la renacida (de momento, para todos) de la lotería del Niño, el Consejo de Ministros de hoy se puede convertir en el tercer episodio de reencuentro con la Diosa Fortuna. Una vez superado el ‘procés’ catalán (el Gobierno ‘dixit’) y tras acometer la reforma penal más abigarra, confusa y chapucera de la historia, eso sí, en el menor tiempo registrado y a la máxima velocidad conocida, Pedro Sánchez dedicará sus desvelos a la pronta recuperación de la estima popular perdida.

¿Y qué mejor mecanismo para lograrlo que regar con dádivas a troche y moche? Los carburantes han recuperado el sosiego en sus precios y la electricidad asusta mucho menos, como demuestra una inflación en descenso. Así que ahora se pueden atender otras necesidades, como el ataque a las subidas de los precios de los alimentos y de las hipotecas que mantienen una presión elevada sobre la parte subyacente y más estable de esa inflación.

Para lograrlo será necesario consentir una rebaja de la presión impositiva, vía impuestos indirectos, con la rebaja del IVA o bien irrumpir atropelladamente en la fijación de precios de la distribución. También es posible apropiarse de una parte de sus cuentas de resultados, vía los impuestos directos.

Aquí hemos perdido el respeto a las reglas del mercado, que un día nos entusiasmaron a la mayoría. La vicepresidenta Díaz propuso hacer algo que si lo hubiesen hecho las empresas estarían todas ellas encausadas en la CNMC. Concertar precios de venta entre competidores es algo que ha estado muy mal visto y prohibido, pero si lo decreta el poder, se convierte en una medida saludable y progresista, tal y como han pensado todos los regímenes totalitarios de izquierda, minutos antes de entrar en el desabastecimiento y justo unos segundos antes de sucumbir al fulgor del estraperlo.

Contrariamente a la costumbre, no se sabe todo, ni siquiera mucho, de lo que dirá hoy el Consejo de Ministros. Parece que sus dos partes negocian ‘in extremis’. Eso ya es costumbre. Podemos no se conforma con lo que considera ya conseguido y presiona para topar -ya puestos…- los precios de los alquileres y los pagos de las hipotecas. Veremos. Total, que cada día es más pequeño el pequeño trozo de la economía que no está intervenida por alguna esfera de la Administración. Pero, no se queje, hoy queda menos economía libre que ayer, pero es más que mañana. Eso, seguro. Disfrútelo, que son dos días…