Miquel Giménez-Vozpópuli
  • Tengo la fuerte sospecha de que Ferraz ha comprado miles de velas para Santa Rita de Casia, abogada de las causas imposibles. Se acercan municipales y autonómicas.

Como diría el gran Chiquito, está la cosa muy malita para la izquierda social comunista y los últimos escándalos protagonizados por Tito Berni, Tito Berni, no ayudan para que quienes les han votado con anterioridad lo hagan de nuevo este veintiocho de mayo. Las encuestas, las de verdad, no las de Tezanos Pinocho, dicen que van a perder comunidades y grandes capitales en beneficio del PP y eso pone de los nervios a Su Pedridad. Es lógico, porque esta convocatoria va a leerse en clave nacional con lo cual si pierde Sánchez no serán pocas las personas que digan que va a perder en las generales. Cierto es que entre votar a un alcalde y votar al partido que deseas que gobierne tu país hay diferencia. Pero no es menos cierto que existe una cosa que se llama tendencia, a saber, el estado de ánimo del personal. Y hay que reconocer que el votante de izquierdas, por mucho que le tenga más tirria a Feijoó o a Abascal que el Coyote al Correcaminos, no está contento. Tampoco es menos cierto que, según muchos papeles demoscópicos de acrisolada seriedad que circulan por los despachos institucionales, lo más probable es que mucha parte de ese electorado que había jaleado siempre “¡Alfonso, bréalos!” haya decidido quedarse en casita el domingo de las elecciones locales y autonómicas. Como sea que eso favorece al PP y a VOX, no es descabellado suponer que, ante una movilización de ambas formaciones sumado al desánimo de los otros, bien puede producirse un giro copernicano en el mapa político.

¿Qué hacer, parafraseando a Lenin? Sin entrar en catastrofismos, los socialistas están dispuestos a malmeter, mentir, enredar, disimular, acusar, injuriar, difamar y lo que haga falta para que la imagen de los populares y de VOX lleguen lo más degradadas posible a mayo. Me dicen que existe un departamento de guerra sucia a caballo entre Ferraz y Moncloa que está haciendo horas extras a ver qué rascan. La consigna: escándalo diario y si puede ser contra Feijoó, mejor.

Los socialistas están dispuestos a malmeter, mentir, enredar, disimular, acusar, injuriar, difamar y lo que haga falta para que la imagen de los populares y de VOX lleguen lo más degradadas posible a mayo»

No me extrañaría, porque cuando servidor formaba parte del PSC se creó algo similar y hablamos de los años ochenta. Tuvo varios nombres, pero seguro que alguno de los más veteranos -mi hermano Girauta entre ellos- tendrá presente el nombre código: Pantera Rosa. No es que sea como para presumir, pero aquello no tenía nada de inocente y sí mucho de mala leche. Que la misma ineficacia del PSC no le diera las alas suficientes, propiciando su fracaso, no es óbice para que fuera maligno y mendaz. Lo sé. Así que en los próximos días pueden estar ustedes preparados para una auténtica catarata de bulos, descalificaciones basadas en embustes, acusaciones sin fundamento y noticias publicadas en los medios del régimen anunciando a bombo y platillo que este o aquella son unos corruptos. Todo para que no se habla de las leyes woke, de Ferrovial, de la crisis económica, de las broncas que recibe Sánchez a diario de Europa, del desguace lento pero inexorable del estado de derecho y de la unidad territorial de España, de los pactos con etarras y golpistas y de los muchos Tito Berni que hay, porque los hay.

Con ese vertedero creen que puede producirse el milagro el ocho de mayo, contener el goteo de votantes desencantados y poder salir la noche electoral con sonrisa de triunfo diciendo que han detenido al fascismo, la extrema derecha y los partidarios del solomillo poco hecho. E insisto, con tal de conseguirlo son capaces de todo. Y cuando digo de todo quiero decir de todo. Seguiremos informando.