Greto Sánchez

JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC

  • ‘Negacionista climático’ es expresión que ha llegado para quedarse una temporada puesto que hiere y pone nervioso al que encaja

La acusación de negacionismo climático es un arma habitual del ‘wokismo’ contra el enemigo, entendiendo por enemigo a quien no es de los suyos, otro rasgo que la izquierda contemporánea ha tomado del jurista del Tercer Reich, Carl Schmitt. Lo de ‘fascista’, o bien no colaba, o sonaba demasiado a insulto. Quiero decir que el injuriador podía encontrar reacciones tan dispares como una carcajada, nada, o un buen cabezazo en la nariz. Uno rápido, seco, inesperado. Depende de si el insultado prefiere fijarse en lo extemporáneo del término o en la mala intención. De seguir el segundo camino, los observadores, y sobre todo el golpeado, verán en el cabezazo una confirmación de fascismo. Como si no se pudiera ser violento y democristiano, violento y apolítico, violento y liberal, violento y comunista. Lo que resulta difícil es ser comunista sin ser violento. No te disperses.

‘Negacionista climático’ es expresión que ha llegado para quedarse una temporada puesto que hiere, mancha y pone nervioso al que encaja, especialmente si es político en activo. Pero en la reciente acusación de Sánchez encontramos varios elementos a considerar. Procedo, no sin antes citarla: «Vox niega los efectos del cambio climático y el PP no lo niega pero actúa como si no existiera. Unos por acción y otros por omisión, ambos son negacionistas climáticos». Llama la atención antes que nada lo mal que habla Sánchez. Faltas de concordancia y lamentable uso de los verbos. Analícelo el lector por sí mismo. A continuación, debería saber Sánchez que este dardo pincha cuando se lanza a una persona o grupo pequeño. A Vox se la pela el dardo y al PP como partido también; para hacer mella habría que acusar a dirigentes concretos, lo que obligaría a aportar pruebas que no encontrarán porque el PP ‘a la gallega’ -con Rajoy o con Feijóo- no se mete en jardines ni en líos. Y si no hay más remedio que pronunciarse, repetirán palabra por palabra los postulados de la cultura hegemónica ‘woke’.

‘Negacionismo climático’ alude literalmente a negar el clima, o si me apuran el calentamiento, o si me apuran más el origen antrópico del mismo. Equivale a una acusación de herejía en el Medioevo y pretende el castigo de una Inquisición mediática. El adjetivo negacionista se ha escogido en un muestrario de lo repugnante, puesto que se reservaba a los negadores del Holocausto. Y ahora acerquemos algo más la lupa. «Vox niega los efectos del cambio climático» es una afirmación falsa. Ni Vox ni nadie niega los efectos del cambio climático, que viene haciendo de las suyas desde que existe atmósfera. «El PP actúa como si no existiera [el cambio climático]» quiere decir que no suele sumarse al catastrofismo climático, la nueva religión milenarista, fe de sustitución o sistema organizado de supersticiones. De hecho, se suma bastante, pero menos que la izquierda. En lo que tiene de verdad, la acusación es un halago.