Contradicción flagrante entre el titular y la entradilla
Esta campaña es mejor seguirla con la mirada estrábica de Pablo Iglesias, que siempre enfoca los ojos adonde no se debe. En las últimas horas ha mirado a los terroristas que pueblan las listas de Bildu y, naturalmente, todo le sale borroso. Así cuando escribe: “El PP fue fundado por 7 ministros de una dictadura asesina”. Yerra, claro. Los siete ministros franquistas, encabezados por Manuel Fraga, eran solo seis y fundaron una federación en 1976 que se llamó Alianza Popular. Enrique Thomas de Carranza nunca llegó a ministro. AP se constituyó como partido político en mayo de 1977 y se disolvió en 1989, fecha en la que se fundó el Partido Popular. En el ínterin, Manuel Fraga se fue deshaciendo de los 6 magníficos que no lo eran tanto: Licinio de la Fuente, Fernández de la Mora, Martínez Esteruelas, Silva Muñoz, López Rodó y Thomas de Carranza no llegaron a integrarse en el PP, que en cambió, sí acogió a buena parte de los activos de UCD, el partido más relevante en la transición a la democracia.
Todo esto pasó antes de que naciera Pablo Iglesias, pero ¿a él qué más le da? En otro tuit explica que “los miembros de ETA que cumplieron condena por delitos de sangre dan un paso atrás y se retiran de las listas de Bildu…” Otra idiotez. Un tipo que ha sido vicepresidente del Gobierno no sabe que una vez proclamadas las candidaturas no se pueden deshacer ni enmendar salvo por fallecimiento (LOREG, artículo 48). Cuelga una información de la página web de la izquierda abertzale ‘naiz:’ que lo cuenta mejor: ‘Candidatos de EH Bildu no tomarán el cargo… Debieron especificar que “algunos candidatos electos”. Los demás por supuesto que no.
Este indocumentado tiene un atenuante. El Correo titulaba con error: “Bildu retira a los siete exetarras con delitos de sangre de sus listas electorales”. Pues no, no puede hacerlo. No sabemos si renunciarán al cargo, caso de salir elegidos, pero si lo hicieran sería a cambio de alguna sinecura o regalía que ya les habrá prometido el okupa de La Moncloa. No es afán profético, son los precedentes: no ha habido un solo paso de esta tropa, vale decir un voto, apoyo a los presupuestos, que no haya ido acompañado por acercamiento de los terroristas presos, retirada de la Guardia Civil de Navarra, regalarles el pacto por la Memoria Democrática, con la suprema desvergüenza de estirar los crímenes del franquismo hasta diciembre de 1983, cuando Felipe González llevaba ya un año gobernando y hacerles portavoces de la Ley de Vivienda, ciscándose en la memoria y el legado del difunto Rubalcaba, que mentir, mentía mucho, aunque no se le pueda comparar con este. Él había dicho que después de haber vencido a ETA, “a los demócratas nos queda por delante la tarea de evitar que los derrotados impongan su falso relato”. Dicho en el lenguaje de Sánchez: “Con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo 5 veces o 20 durante la entrevista. Con Bildu no vamos a pactar”. Patxi López explicó las dos razones por las que no iba a pactar con Bildu: “primero porque nos separan abismos democráticos de esa formación política y segundo porque no se puede gobernar con quien es la manifestación más clara de la no gestión y del no Gobierno”. Un aviso y un ruego: si alguien viene a ensalzarles el gesto de los siete asesinos dispuestos a renunciar al cargo electo, no se corten: pueden llamarle ‘IDIOTA’ con letras mayúsculas.