Comentario de Elorrieta

Vengo diciendo, con argumentos similares a los de otras personas que estuvieron en el entorno del PSOE -en mi caso en la posición de los movimientos cívicos que propugnaban la alternativa cosntitucionalista al nacionalismo hecho Frente Secesionista en el Pacto de Estella- que había que asumir pactos de Estado que impulsaran una acción legislativa para todo el territorio nacional, más acorde al principio democrático de un ciudadano un voto. Afinar en la reforma electoral y sobre las bases constitucionales y estatutarias, hacer las reformas necesarias que articularan más democraticamente la vida de la ciudadanía en el conjunto de España.

ZP y Maragall, como protagonistas principales, rompieron esa perspectiva. Anularon los acuerdos de Estado y asumieron el antidemocrático Pacto del Tinell. Y hemos llegado, ya con el PSOE Sanchista, su gobierno y sus apoyos, al nivel de deterioro institiucional y de articulación política general, a dónde ahora estamos. Y que venimos describiendo sin que nadie argumente o de datos que cuestionen esta realidad.

Por eso afirmo, con la tristeza de tener amigos que su subjetividad afectiva partidista les ciega, que no se debe ocultar la miseria política a la que ha llegado el PSOE.

Apoyar hoy al PSOE es peor que un error o una equivocación. Un partido que por la dialéctica elemental de que la cantidad de tropelías institucionales le confiere calidad antidemocrática, en unas dosis tan acusadas, que hacen que objetivamente sea una inmoralidad el apoyar hoy al PSOE. Sus propios soportes gubernamentales y legislativos ayudan a confirmarlo.

En realidad, ésto, o algo parecido es lo que viene a reflejar el artículo de Félix de Azúa.