Después de todo, Txapote se votó a sí mismo
Hasta un tipo tan ensimismado como Pedro Sánchez tuvo que maliciarse algo cuando fue a votar a su colegio electoral. TVE informó de que fue recibido con gritos a favor y en contra, aunque en el audio solo se oía: “¡que te vote Txapote!” Por lo demás hubo normalidad, decía el locutor y en esto sí tenía razón, lo más normal es que en cuanto el presidente sale de La Moncloa le monten barrila, salvo que el público lo ponga él, sean figurantes, vamos.
Por lo demás, ya lo decía TVE, normalidad y palabras convencionales. Me admiró mucho un joven valor de Ciudadanos, Patricia Guasp, que calificó la jornada de ‘fiesta de la democracia’, aunque es de suponer que Arcadi la ayudará a soslayar los tópicos coloquiales más flagrantes.
En esta semana sin encuestas venían cantando por los dormitorios de los arrabales, con permiso de Lorca, los últimos sondeos, incluso durante la misma jornada electoral se iba anunciando la caída de Valencia y de Aragón, se apuntaba a la mayoría absoluta de Ayuso y la pujanza del PP frente al declive del PSOE. Los sondeos al cierre de los colegios confirmaron los rumores, que se ajustaron bastante cuando empezaron a conocerse datos del escrutinio que ha teñido de azul la mayor parte de las capitales de provincia españolas y todas las andaluzas menos Jaén. A medida que aumentaba el porcentaje de voto escrutado se confirmaba esta tendencia.
Fue un error mayúsculo del presidente del Gobierno la aceptación de la interpretación de las elecciones locales y autonómicas en clave nacional que había propuesto Génova. Contaba Narciso Michavila que si el PP llegaba a sacarle un millón de votos al PSOE, Sánchez saldría de la Moncloa tras las legislativas de diciembre. Probablemente no llegue a sacarle tantos votos, pero la diferencia habrá que sumarle al millón y medio de votos de ventaja que los socialistas traían de las municipales de 2019. Es buen momento para recordar el pronóstico que había hecho ese botarate que es José Félix Tezanos. El CIS auguró una ventaja del PSOE sobre el PP de 3.2 puntos y no parece que Sánchez esté dispuesto a destituirle digamos que por manifiesta incompetencia.
Seguramente, Pedro Sánchez se conformará con señalarle a Félix Bolaños la puerta de salida. Todo es culpa suya, pero no importa. En esto también tomará ejemplo del día que José Luis Rodríguez Zapatero para decirle a su amigo Caldera que no contaba con él, “porque tu política de inmigración me ha costado muchos votos, prueba de lo caprichosamente que usa el poder los posesivos: tu política, mis votos. A lo que Caldera, el hombre, replicó: “¿Mi política? Será la tuya, presidente. Él seguirá, no está en su código de conducta el abandono, aunque las elecciones de ayer fueron un anuncio de lo que le espera en diciembre. Los votantes han explicado su falta de apego al sanchismo. Hace falta saber si el PP y Vox lo han entendido. Ah, y el sistema de Interior se cayó durante una hora. Marlasca nos lleva a Burkina Faso.