Juan Carlos Viloria-El Correo
- Las cesiones socialistas ante Puigdemont remueven las aguas del PSOE
Nicolás Redondo Terrenos, el que fuera secretario general del Partido Socialista de Euskadi, líder del combativo socialismo vasco incubado en la margen izquierda del Nervión, pionero de la política de grandes consensos constitucionalistas para ganar en las urnas al nacionalismo, ha anunciado un inminente agur a su partido de toda la vida. En un reciente escrito vibrante pero lleno de nostalgia y amargura (Dignidad ) se refiere a la declaración de una amnistía a los condenados o imputados por el intento de secesión de Cataluña como la liquidación del abrazo de la nación del que nació el sistema democrático del 78. La intención expresa de amnistiar a los que delinquieron contra la Nación el 1 de octubre de 2017, a juicio de Redondo Terrenos, desautoriza la democracia española. «Pocas veces he visto que se destruya tanto para conseguir tan poco» se lamenta el político vizcaíno.
Heredero político y moral del histórico líder sindicalista de la UGT, Nicolás Redondo, dio orden de romper la coalición de gobierno con el PNV cuando los nacionalistas iniciaron un acercamiento a Herri Batasuna que culminó más tarde en los pactos de Estella. Candidato a lehendakari en las legendarias elecciones de 2001 con Jaime Mayor Oreja como líder del Partido Popular estuvo a punto de conseguir desbancar al PNV del poder y se quedó a veinticinco mil votos de lograr que el bloque constitucionalistas rompiera el corsé nacionalista.
La escena del abrazo de Jaime y Nicolás en el Kursal, al final de la campaña electoral de aquel año, recuperó la autoestima para el mundo constitucionalista vasco y los grandes movimientos cívicos contra lo Fernando Savater llamó por entonces, el «nacionalismo obligatorio». Pero también fue el inicio de su depuración política dentro del propio socialismo que con Felipe González en el poder se negaban a romper puentes con el Partido Nacionalista Vasco.
Ya se lo había advertido en un mitin en Baracaldo : «No te equivoques Nicolás, el PNV son nuestros amigos». Pocos meses después en la trayectoria de Redondo Terrenos, la dignidad se impuso a la oportunidad y dimitió de todos sus cargos. Paradojas y cinismos de la política años más tarde, Patxi López, que le había sustituido al frente del partido y participado en su depuración interna se apoyó en el PP para ser investido lehendakari. Impulsor de la Fundación para la Libertad, Redondo ha venido militando en el PSOE durante los últimos años desde una posición crítica, especialmente tras la llegada de Pedro Sánchez. «Mi partido», afirmaba en sus intervenciones públicas cada vez que se refería al PSOE. Una posición que se antojaba ya insostenible y que parece desembocar en un inminente adiós. Hasta Felipe González dice que el 23-J votó al PSOE arrastras. A Sánchez se le abre una vía de agua. O no.