Noelia Carceller-Crónica
ENTREVISTA
El eurodiputado de Ciudadanos, Jordi Cañas

El eurodiputado de Ciudadanos, Jordi Cañas LENA PRIETO

  • El nuevo portavoz de Ciudadanos tiene el reto de conseguir que el partido renazca en España y se mantenga en la autonomía, donde ha pasado de ganar las elecciones a tener seis diputados
  • Carga contra el líder del PSC, Salvador Illa, por ser la «muleta» del separatismo

Jordi Cañas es uno de los fundadores de Ciudadanos (Cs) y una de las caras más conocidas del constitucionalismo catalán. Primero, como diputado en el Parlament entre 2010 y 2014. Después, en el Parlamento Europeo, donde esperan volver a obtener representación en los comicios de junio para seguir influyendo en las políticas de España desde Europa.

Pero tiene otra misión. Y es que tras la dimisión de Patricia Guasp el pasado agosto, Cañas se postuló como nuevo portavoz de Cs. Una decisión que «no dudó» en tomar para que el partido renazca en España y se mantenga en Cataluña, donde ha pasado de ganar las elecciones en 2017 –durante los momentos más álgidos del procés– a tener seis diputados.

El político naranja se ha mostrado muy crítico con la amnistía que ha cedido el PSOE a los partidos independentistas a cambio de la investidura de Pedro Sánchez. Confía en que esta medida de gracia haga recuperar a Cs una parte del voto que se fue a los socialistas, a quienes ha calificado como «muleta» del separatismo. Vaticina que su líder, Salvador Illa, gobernará la Generalitat en un tripartito que no traerá «nada bueno».

Lo explica en una entrevista con Crónica Global.

Es el nuevo portavoz de Ciudadanos. ¿Cómo encara esta nueva etapa y cuáles son sus objetivos?
Es una responsabilidad y, a la vez, un privilegio. Cuando dejé de ser portavoz en 2012 no pensé que iba a volver a serlo nunca, pero la vida da muchas vueltas. Algunos compañeros me comentaron que sería bueno para el partido tener a alguien que fuera un referente interno y una persona conocida en los medios y no me lo tuve que pensar mucho. Es un momento importante para la historia de Ciudadanos y se deben tomar este tipo de decisiones.
¿Ciudadanos perdió una oportunidad no presentándose a las elecciones generales del 23 de julio?
Al revés, lo que hizo fue ganar una oportunidad. Fue un acierto porque pocas veces como ahora se percibe que haya un espacio político como el nuestro en el país. El futuro de España no debería pasar ni por Vox ni por los separatistas o nacionalistas. Lo ideal sería que hubiera posibilidades de conformar mayorías de gobierno desde el centro-izquierda y centro-derecha, y para eso se necesita un espacio político como Ciudadanos. Si nos hubiéramos presentado a las elecciones hubiéramos sacrificado las últimas posibilidades que teníamos de poder seguir trabajando para consolidar ese espacio.
¿A qué atribuye los malos resultados que el partido ha ido encadenando en los últimos años?
La inercia de los buenos resultados que se obtuvieron hizo que se perdiera ese rumbo en ocupar el espacio central. Seguramente haya muchas más explicaciones. Aun así, yo creo que el castigo ha sido excesivo porque, allí donde hemos gobernado, en Madrid o Andalucía, lo hemos hecho bien. Se ha pasado de hablar de corrupción a hablar de indicadores económicos. No hemos sido capaces de conservar ese voto y lo que tenemos que hacer es aprender de los errores y explicar aquello que hemos hecho bien. Todo el mundo es consciente de que España no puede avanzar en esta política de enfrentamiento que hay ahora.
Ahora mismo, la presencia de Ciudadanos se limita prácticamente a Cataluña… ¿Qué se debe cambiar en el territorio para evitar otro batacazo en las próximas elecciones autonómicas?
El contexto político va a hacer necesario a Ciudadanos en Cataluña. Es el único partido que da miedo porque Vox no da miedo a los independentistas. Somos su principal quebradero de cabeza, aquellos que enseñan sus vergüenzas. Por ejemplo, hemos conseguido traer a una misión del Parlamento Europeo que ha probado las mentiras de la inmersión lingüística. Somos los únicos que tenemos credibilidad para combatir al nacionalismo, pero tenemos que trabajar para preservar ese espacio cuando haya elecciones. En Cataluña la única alternativa pasa por Ciudadanos, ya que es evidente que el PSC es un colaborador necesario de todo aquello que hace el nacionalismo. El efecto Illa no es más que anclar las políticas que llevamos sufriendo desde hace 40 años.

¿El partido debería seguir confiando en Carlos Carrizosa?

El cabeza de lista se elige por primarias. No creo que Carrizosa sea culpable de los resultados en Cataluña. Demostró su capacidad en 2017 y tendrá una parte alícuota de los malos resultados, pero a partir de ahí tendrán que ser los militantes de Cs los que elijan al mejor candidato. Yo creo que, hoy por hoy, es él.
¿Se ha planteado presentarse? 
No, no me lo he planteado.
Hay una corriente del partido que considera que se debería volver al centro-izquierda. Ahora, con mucha gente descontenta con los socialistas por la amnistía, ¿podría ser un buen momento?
Salvador Illa es la muleta de Aragonès para sacar adelante la legislatura. Lo que se necesita en Cataluña es que dejen de gobernar aquellos que llevan haciéndolo 40 años. Yo peleé porque no dejásemos de tener en nuestros estatutos la referencia a la socialdemocracia, pero Ciudadanos es liberal progresista. Es un partido que, en cuestiones sociales, es progresista, pero liberales en el espacio económico porque se debe generar riqueza para poder repartir. Si uno mira en Andalucía, las políticas económicas que se hicieron eran progresistas, pero, a la vez, de crecimiento económico.
¿Qué opina de la amnistía? ¿Confía en que Ciudadanos ‘rasque’ votos del PSC?
La amnistía la está utilizando el PSOE para gobernar gracias a perdonar a unos delincuentes. No ha habido nada tan grave en democracia. Si hubiese un partido mafioso que exigiese un cambio del Código Penal o amnistiar a delincuentes confesos, nos explotaría la cabeza, pero ahora hay gente diciendo que eso servirá para pacificar Cataluña. Cataluña entró en la senda de la legalidad cuando se aplicó la ley, cuando se encarceló a delincuentes y se aplicó el artículo 155. En ese sentido, el partido más confiable en Cataluña es Ciudadanos. Sin duda, lo vamos a volver a intentar y volveremos a estar ahí para parar el golpe otra vez.
En Santa Coloma, Ciudadanos forma parte del gobierno del PSC, con Núria Parlon. Algunos sectores piden precisamente eso: que Ciudadanos siga siendo el partido bisagra que es capaz de pactar con izquierda y derecha…
Con Pedro Sánchez es imposible. Que el futuro de Ciudadanos tiene que ser garantizar la gobernabilidad de España a través de reformas de transformación, por supuesto. Santa Coloma es un ejemplo, su perfil nacionalista ha bajado a cero y su ayuntamiento se ha dedicado a dar respuesta a problemas de seguridad o de movilidad. Donde Ciudadanos ha estado se ha hecho un buen trabajo de gobierno, pero con Pedro Sánchez es imposible. Ojalá haya una moción de censura para apartarlo, tiene mucha indignidad.
Las encuestas pronostican que Salvador Illa gobernará en Cataluña. Con Sánchez dice que es imposible, pero ¿con él estarían dispuestos a colaborar? 
Es imposible que las decisiones que se tomen en Cataluña estén al margen de las que se tomen en España, para bien y para mal. Salvador Illa ha demostrado durante estos años para qué sirve el PSC aquí, que no es más que para apuntalar al separatismo catalán y para mantener en el poder a Pedro Sánchez. Una vez más juegan a sacrificar los derechos y libertades de los catalanes para que un secretario general del PSOE sea presidente del Gobierno. Parece que en las encuestas no tiene coste electoral, pero nosotros ya trabajaremos para evidenciarlo. Ya sé que esto será difícil porque lo tiene todo a su favor, pero Ciudadanos seguirá denunciando que el PSC volverá a convertirse en un aliado más del separatismo.
¿Vaticina un tripartito en Cataluña?
Sí. Vamos a repetir el nefasto tripartito. Será un déjà vu y volverá a ser una tragedia para Cataluña, que ya ha perdido 10 años frente a sus competidores estratégicos y geopolíticos.
Las próximas elecciones son las europeas. ¿Tienen decidido si van a ir en coalición para tener más posibilidad de escaño?
Decidimos presentarnos, pero el formato será el que nos garantice una mayor capacidad de trabajar en Europa, que será importante en el campo de juego de la política nacional. Hemos demostrado que el voto útil de las últimas europeas fue Ciudadanos, que ha hecho un trabajo espectacular en Europa en todos los niveles. En Europa nos hemos ganado un respeto porque hemos antepuesto los intereses de España a los del partido.
En esta nueva etapa como portavoz, ¿contará con aquellos críticos que se fueron de Ciudadanos descontentos con sus estrategias? Entre ellos, Edmundo Bal.
Bal fue un vicepresidente muy bueno y desarrolló una actividad parlamentaria excepcional, pero decidió alejarse del partido cuando no le ganó las primarias a Adrián Vázquez. Todo en esta vida requiere un tiempo, y ojalá en un tiempo, cuando consigamos estabilizar al partido y que vuelva a tener la confianza de los ciudadanos, todas aquellas personas que se han alejado vuelvan porque es su espacio natural. Pero también hay que respetar las reglas del juego democrático y, cuando uno se presenta a las primarias y las pierde, tiene que respetarlo. Aun así, si Bal quiere iniciar un nuevo proyecto es muy legítimo.