Cristian Campos-EL ESPAÑOL
 

1.La semana horribilis de Feijóo ha acabado con final feliz. Hoy habrá que darle las gracias a los gallegos. Los que votaban eran ellos, pero los que nos la jugábamos éramos el resto de los españoles.

2. Alberto Núñez Feijóo puede darse por reivindicado, Alfonso Rueda por legitimado y Pedro Sánchez por triturado.

3. Sánchez quiso convertir las elecciones gallegas en una campaña nacional. Tan equivocado como siempre acerca de su atractivo electoral, reclamó todo el protagonismo para él. El resultado está a la vista.

4. El narcisismo de Sánchez, tan pantagruélico como bulímico, le impide comprender que el secreto de su éxito no son sus resultados electorales, siempre raquíticos por no decir lamentables, sino su falta de escrúpulos a la hora de asociarse con quien ningún político sensato se asociaría jamás. Es un defecto grave en un político.

5. Habrá que subirle el sueldo al que decidió que el PSOE debía acudir a Galicia esgrimiendo la idea de que ese Feijóo al que los gallegos dieron cuatro mayorías absolutas es un mentiroso. Si los gallegos creyeran eso, ¿le habrían dado esas cuatro mayorías? Algo de respeto le tendrán al hombre, digo yo.

6. Alberto Núñez Feijóo respiró ayer tranquilo. Pero más tranquilos aún respiraron Isabel Díaz AyusoJuan Manuel Moreno Bonilla y el tercero en discordia, Carlos Mazón. Con la ley de amnistía a punto de caramelo, no era este el momento adecuado para una batalla por el liderazgo del partido.

7. Alberto Rueda obtuvo ayer más escaños en sus primeras elecciones (40) que Feijóo en las suyas de 2009 (38). Rueda presidía Galicia desde 2022, sí. Pero la legitimidad la dan las victorias en las urnas. Así que Rueda es ya un presidente comme il faut. Uno que puede mirar a la cara a Ayuso y Moreno en su Club de las Mayorías Absolutas.

8. El episodio del off the record de Feijóo se ha confirmado como una tormenta en un vaso de agua al que ningún gallego ha dado la más mínima importancia. Ni siquiera toda la artillería de la prensa sanchista ha logrado provocar esa ola voxista con la que soñaban en la Moncloa. Buena señal para el PP.

9. Una Galicia en manos del independentismo habría fortalecido el eje Galicia-Cataluña-País Vasco y legitimado a Sánchez para profundizar en su proceso de confederalización de España. Hemos esquivado esa bala, pero Sánchez insistirá. Al tiempo.

10. El castigo a la política de encabronamiento sistemático de los españoles, de la «fachosfera», de los «medios de ultraderecha», del «muro», de la satanización de los empresarios, de «los ricos» y de cualquiera que no rinda pleitesía a Pedro Sánchez es evidente. Pero Sánchez, como esos ratones de laboratorio adictos a las dosis de azúcar, seguirá dándole a la palanca compulsivamente. No le ha ido mal hasta ahora.

11. Tanto decir que Madrid no es España y que los madrileños no entendemos nada de lo que ocurre más allá de la M-30, y lo que ha hecho Sánchez es aterrizar en Galicia como un alto ejecutivo de la Compañía Británica de las Indias Orientales para engañar a los indígenas entregándoles baratijas a cambio de su permanencia en la Moncloa.

12. Hablando de baratijas. Yolanda Sánchez ha recogido más pellets que votos.

13. En su pueblo natal, Fene, la líder de Sumar ha obtenido 300 papeletas. Se confirma el bluf de Yolanda Díaz, una líder fabricada por los medios sanchistas con materiales de derribo y que sólo ha logrado estar a la altura de las expectativas de los que siempre hemos dicho que Yolanda es la Milli Vanilli de la política española.

14. Vox ha obtenido más votos que el Sumar de Yolanda Díaz. Está todo dicho.

15. ¿Qué diario español de izquierdas habría titulado «Rueda pincha» si el PP no hubiera conseguido la mayoría absoluta? Yo digo que ninguno, porque la izquierda no tiene ya sentido del humor.

16. A Vox no le gusta que se lo digan, pero la misma rutina se repite elección tras elección: un voto a Vox, en las circunstancias actuales, es un voto para Sánchez.

17. Me abstengo de dar mi opinión sobre los votantes de Democracia Ourensana. Vamos a tener la fiesta en paz. Pero algo sí diré. ¿Cómo esperan los españoles que los políticos les respeten si ellos no se respetan a sí mismos? 

18. Como decía ayer alguien en la redacción de EL ESPAÑOL, el PSOE no es ya el partido que más se parece a España, sino el que más se parece a quienes quieren destruir España.

19. La alta participación (67,30%, 18,34 puntos más que en 2020) le da mayor valor a la victoria del PP y destroza ese mito que dice que una alta participación beneficia siempre a la izquierda porque «España es progresista». O España no es tan progresista como se cree la izquierda, o el progresismo es otra cosa.

20. Decía Paco Vázquez hace sólo unos días que «los gallegos decidirán si introducen los debates y la tensión de Cataluña». Los gallegos han escogido no convertirse en Cataluña, esa comunidad fallida. Han hecho bien. Con una tenemos bastante.

21. La política española está viviendo un interesante proceso de limpieza. Podemos es ya marginal, Sumar un crecepelo para calvos ideológicos capaces de reventar el inocentómetro, y Vox un voto de rabia… contra el PP. Parece que el rencor, el motor psicológico de esos tres partidos, cotiza electoralmente a la baja en España.

22. El muro de Sánchez contra el PP, la ultraderecha y la mitad de los españoles parecía forjado en acero y ha resultado estar fabricado con papel de periódico sanchista. Es decir, con bulos, insultos y unos analisis políticos que yo no le he leído ni a los estudiantes de primero de Periodismo. Al primer soplido, el muro se ha venido abajo.