Pablo Sebastián-Vozpópuli

Ya anunció Leire Pajin en 2012 que las coincidencias de Zapatero con Obama serían un ‘acontecimiento planetario’. Ahora el ministro Bolaños ha calificado de ‘referente histórico’ la ley de amnistía con la que Sánchez paga al delincuente Puigdemont su investidura y espera lograr el apoyo de Junts los PGE de 2024 que, según La Moncloa, están al caer.

Al igual que están cayendo como chuzos de punta sobre el tejado monclovita los casos de corrupción del llamado caso Koldo, que también es el caso del comisionista Aldama y de Ábalos, el ex ministro de Sánchez y ex secretario de organización del PSOE, quien puede acabar, en fecha no lejana, imputado y condenado por los delitos de prevaricación, malversación y de tráfico de influencias.

Lo que afecta de lleno al PSOE y al Gobierno de Sánchez cuando se acaba de aprobar, en la Comisión de Justicia del Congreso, la nueva versión de la ley de amnistía para convertirla en ‘integral’ en contra de lo prometido por Sánchez. Y aceptando las últimas demandas de Puigdemont con las que esperan que se rebajen los delitos de terrorismo, malversación y alta traición, anteponiendo normas europeas que ellos creen menos ‘exigentes’ que las del Código Penal español. Lo que ha llevado a Sánchez a proclamar que tiene asegurado el control de la legislatura y que la próxima gran cita con las urnas no llegará antes de julio de 2027. Convencido Sánchez de que los nuevos escándalos de corrupción y la amnistía son cuestiones se van ‘empantanar’ en unos largos procedimientos judiciales en curso en España y en la UE.

Salvo que en ese pretendido interregno judicial se suspenda la aplicación de la amnistía si el Tribunal de Justicia Europeo asume la ‘cuestión prejudicial’ que le presentará el Tribunal Supremo español cuando la ley de amnistía se apruebe en las Cortes.

¿Qué hará Puigdemont mientras un Sánchez implorante le dice que él cumplió sus compromisos sobre el pago de la investidura con la aprobación de la ley de amnistía?

Lo que, de ocurrir, bloquearía la aplicación de la amnistía durante unos dos años hasta que el TJUE dicte sentencia, provocando así las iras de Puigdemont y de cientos de imputados por el golpe de Estado catalán de 2017, que ya se veían amnistiados en el próximo mes de julio.

Pero si se suspende la aplicación de la amnistía ¿qué hará Puigdemont mientras un Sánchez implorante le dice que él cumplió sus compromisos sobre el pago de la investidura con la aprobación de la ley de amnistía? No se sabe y menos ahora que están en celebraciones en la mansión/guarida dé Waterloo.

Precisamente para evitar el bloqueo de la amnistía Sánchez aceptó introducir en el texto definitivo de la ley de amnistía, alusiones a la jurisprudencia europea en materia de terrorismo para burlar el Código Penal español. Al tiempo que, con la nueva redacción de la ley y de manera un tanto infantil, se esperan rebajar las responsabilidades penales de los golpistas en las materias de malversación, terrorismo y alta traición, cuestiones en las que la jurisprudencia europea suele ser implacable.

Sánchez ha vuelto a engañar a Puigdemont, porque en La Moncloa saben que el TJUE, e incluso el Tribunal Constitucional, pueden impedir y bloquear la aplicación inmediata de la amnistía. Como saben que la corrupción del PSOE crece y podría acabar en los tribunales españoles y europeos (por malversación de los fondos de la UE).

Una corrupción que puede extenderse más allá del caso de las mascarillas (que investigan los fiscales españoles y europeos) e incluso afectar, como un posible nuevo delito de tráfico de influencias, al rescate por el Gobierno de Sánchez de la compañía aérea Air Europa.

Una operación donde también aparece el comisionista Aldama de la trama de Koldo, y donde ha llamado la atención que directivos del Grupo Globalia, de la familia Hidalgo, dueños de Air Europa, se hubieran reunido, en varias ocasiones y en los días del rescate de la compañía por el Gobierno, con la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, a la que Globalia ha financiado parte sus actividades empresariales.

Sánchez hace alarde de un optimismo ‘impostado’ tras la aprobación de la indecente e inconstitucional ley de amnistía, que incluye un ataque frontal al Estado de Derecho

Motivos todos ellos por los que el líder de la Oposición, Alberto N. Feijóo -que se resiste a presentar una moción de censura a Sánchez- cree que el presidente del Gobierno y su régimen autocrático de poder están llegando a su final y no tienen escapatoria ni podrán concluir la

Estamos, pues, en un tiempo de alta tensión e incertidumbre en el que Sánchez hace alarde de un optimismo ‘impostado’ tras la aprobación de la indecente e inconstitucional ley de amnistía, que incluye un ataque frontal al Estado de Derecho y una amenaza al orden constitucional en el solo beneficio de su permanencia en el poder.

Y que nada tiene que ver con la convivencia en Cataluña, donde Puigdemont ya está anunciando una nueva declaración unilateral de independencia si Sánchez no ofrece un referéndum de autodeterminación.

Y también estamos ante la pretendida certeza de Feijóo de que el régimen autocrático de Sánchez está en fase terminal si se bloquea a la amnistía y sigue creciendo la trama Koldo de la corrupción. Cuestiones que necesitan de un liderazgo, estrategia y comunicación más contundentes del PP como primer partido de la oposición.

Las fechas del referéndum

Lo que no se compadece con reuniones secretas con Junts, las peticiones de mediación sobre el CGPJ a la Comisión de la UE, o las invitaciones a la Comisión de Venecia que luego les salen medio ranas. Y mejor no llorar sobre la leche derramada en la campaña electoral del 23-J, ni echar al viento las campanas de la euforia ante las nuevas encuestas electorales.

En suma, estamos ante un nuevo ‘acontecimiento planetario’ y un ‘referente histórico’ -nunca se vio una mayor infamia en las democracias europeas- que Sánchez y Puigdemont celebrarán en Madrid, a ser posible en un reservado de la marisquería La Chalana, en el mes de julio, una vez que el prófugo de Waterloo, tras renovar su acta de europarlamentario, regrese a España. Y entonces, tras su entrada triunfal en Barcelona, Puigdemont, se trasladará a Madrid para participar en un ‘histórico y planetario’ almuerzo con Sánchez el ‘magnánimo’ que, por supuesto, pagará la cuenta con fondos europeos y a cuyos postres Puigdemont le presentará las fechas para el referéndum de la autodeterminación de Cataluña lo que podría ser el nuevo precio de Junts para apoyar los PGE.