JUAN CARLOS GIRAUTA-EL DEBATE
  • Si el PSOE fuera de derechas no sería de extrema izquierda, Sánchez no estaría ahí, no habría seguido abriendo cicatrices cerradas en plan Zapatero para despertar y enfrentar otra vez a las dos Españas
Si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta, y si Junts respetara la Constitución no la habría derogado en una parte de España, ni habría violado los derechos fundamentales de todos los catalanes, ni los relativos a la condición de parlamentarios de aquellos miembros de la camara autonómica cuya razón avaló el TC.
Si mi vecino tuviera tentáculos sería un pulpo, y si Junts respetara la Justicia su líder no habría escapado encogido en un maletero, ni habría vendido (con cierto éxito) a la parte tonta del Parlamento Europeo (QEPD Sassoli) su condición de perseguido político, o algo así. Como consecuencia, se le habría podido juzgar y –vistos los precedentes de sus colegas más valientes, los que se quedaron engañados por él para celebrar un Consell Executiu– también lo habrían condenado. Y habría pasado por la cárcel, que algo es algo.
Si Sharon Stone hubiera sido fea, no habría protagonizado Instinto Básico, y si Junts aceptara la separación de poderes y la independencia judicial no habría habido golpe de Estado, no habrían acosado los suyos a jueces y magistrados, y la señora tan educada que portavocea a Junts en el Congreso no amenazaría a los miembros del tercer poder por su nombre y apellidos, ni los insultaría. Tampoco habría teledirigido Puigdemont el Tsunami Democràtic para responder con la violencia a sentencias judiciales.
Si el PSOE fuera de derechas no sería de extrema izquierda, Sánchez no estaría ahí, no habría seguido abriendo cicatrices cerradas en plan Zapatero para despertar y enfrentar otra vez a las dos Españas. Y si Junts respetara el Estatut no sería independentista. Pero es que si Junts no fuera independentista por su respeto al Estatut, no habría teledirigido el Tsunami Democràtic ni acosado a los jueces por su respeto a la independencia judicial y a la separación de poderes, ni habría dado un golpe de Estado del que estuvieron avisando cinco años —igual quen ahora avisan del siguiente— ni habría denigrado a España en Bruselas logrando convencer a la parte lerda de allí, ni habría tenido que huir en un maletero, ni habría declarado la independencia, ni habría derogado la Constitución en una parte de España, ni habría violado los derechos fundamentales de los catalanes, entre los que me incluyo. Yo no habría tenido que llevar escolta policial durante años, ni me habría hartado la estulticia de las masas que Puigdemont movía.
No le acabo de ver el sentido a blanquear lo que siempre será negro por vocación y por naturaleza. Si La Manada no hubieran violado a una chica, no serían violadores. Si Ana Julia Quezada no hubiera matado a un niño, no sería una asesina, y quizá a alguien le apeteciera conversar con ella. Si Bernie Madoff no hubiera cometido su descomunal estafa, no habría muerto en prisión y a lo mejor ahora le confiaríamos unos dinerillos. Y si el cielo fuera de muchos colores estaríamos en Marte.