Teodoro León Gross-ABC

  • Sánchez, como Trump, intuye que puede permitirse cualquier cosa sin perder el apoyo de su clientela

Ver al presidente del Gobierno mentir es un espectáculo fascinante, aunque ya sorprenda entre poco y nada. Eso sí, todavía es fascinante ver mentir al aparato del sanchismo, una maquinaria perfectamente engrasada contra la realidad, como ha sucedido con las palabras de Feijoo sobre una moción de censura. Esto sí que es el reino de la posverdad. Cuando se dice que el sanchismo ha reproducido buena parte del vademécum trumpista no se trata de una hipérbole forzada. Desde la falta de escrúpulos para vertebrar la realidad con ‘hechos alternativos’ –en el caso de Sánchez atribuyendo la Ley de Amnistía al espíritu progresista de concordia en lugar de la necesidad de comprar siete votos– hasta convertir todo en ‘merchandising’, como hizo con Perro Sanxe, mimetizando el meme de Trump con Pepe the Frog. Ahora repiten ‘marketing’ con «los zurdos». En Moncloa no son aprendices de trumpismo, sino maestros.

El equipo de Trump entendió que el ecosistema iliberal del populismo hace más eficiente la mentira desde las redes que la verdad. Hay estudios que muestran cómo las noticias falsas arrasaron en la campaña de 2016 a las verdaderas. El ‘hit’ nº 1 fue el falso apoyo del Papa a Trump. Ahora el PSOE, otra vez, como ante el 23J, ha esperado su oportunidad para lanzarse a una campaña de desinformación contra Feijoo, tras su desliz al ser preguntado por una moción de censura en el futuro. O tal vez no sea ingenuidad inquietante, sino amateurismo frente a la profesionalidad de los ‘spin doctors’ de Moncloa. Pero desde ese momento se ha impuesto un relato sistemáticamente falso sobre lo sucedido. Sánchez: «Hoy lo ha dicho claramente: su propuesta es una moción con Abascal y Puigdemont». Falso. Bolaños: «Lo que quiere es pactar con la ultraderecha en España y en Europa, le pide, por favor, por favor, señor Puigdemont, apóyeme». Falso. Y así uno tras otro, Teresa Ribera, Esther Peña… Un relato sistemáticamente falso. Saben que sale gratis.

Sánchez, como Trump, intuye que puede permitirse cualquier cosa sin perder apoyo. «Podría disparar en la Quinta Avenida y no perdería votos», dijo Trump. Pero no contaba con la acción judicial, y Sánchez tampoco. Hasta ahora han usado la situación comprometida de Begoña Gómez a su favor, presentándose como víctimas de una conspiración de los ‘poderes oscuros’, con doble carta sonrojantemente lastimera, y atribuyendo todo a una «campaña de fango de la derecha y la ultraderecha». Todo lo que les afecta es simplemente un bulo. Han inventado ‘la bula del bulo’ con un aparato mediático que reproduce impúdicamente su argumentario. Pero ya no es tan fácil ante la acción judicial. Ayer todo el planeta, desde ‘The Washington Post’ a Reuters, desde ‘Le Monde’ a ‘Clarín’, se hacía eco de la imputación a su mujer por corrupción. Ahora se verá si el PP tiene la iniciativa para manejar este marco en la recta final de campaña o, una vez más, el sanchismo vuelve a imponer el relato de la realidad..