Tonia Etxarri-El Correo
Es posible que resulte recurrente pedir constantes comparecencias del presidente del Gobierno ante el Parlamento (obligación que suele eludir a la mínima oportunidad que le den sus socios). Pero son tantas las explicaciones que Pedro Sánchez debe dar sobre su plan en política migratoria, el pacto suscrito con ERC sobre la fiscalidad para Cataluña o su perfil bajo frente al fraude electoral en Venezuela, por ejemplo, que tendría que estar compareciendo continuamente en sede parlamentaria. Es lo que tiene gobernar con falta de transparencia. Que, al final, se acumulan las peticiones de aclaraciones. Pero nos quedamos como estábamos. Sánchez no tendrá nada que decir gracias al PNV que, para salvarle del apuro, recurrió a una argumento técnico. A escasos días de que se inicie el periodo ordinario de sesiones, no hay urgencia en que el presidente comparezca. Total… En este plan.
El caso es que el PP quiso buscar las contradicciones en el PNV, no con el objetivo de ganarse un aliado en una hipotética moción de censura -porque algo ya van aprendiendo-, sino para dejar en evidencia su doble actitud. Si tanto se había esforzado en diferenciarse de Bildu en la denuncia del fraude de Venezuela, ¿por qué impiden que comparezca el presidente del Gobierno? ¿Al PNV le interesa denunciar las injusticias del régimen chavista o simplemente hacen cálculos sobre sus alianzas? Y Aitor Esteban se picó recriminando al PP que «Venezuela os importa una higa», aparte de llamar «torpe» al portavoz Miguel Tellado. Mucho ruido. Unas risas, incluso. Y… !objetivo logrado! Al final, se desvía el foco y vuelve a salir beneficiado Pedro Sánchez. Porque la cuestión no estriba en lo mucho o poco que le importa Venezuela al PP, sino en definir la posición del Gobierno de España frente al fraude electoral. Y esa definición, que tanto le cuesta afrontar al ministro Albares, sigue sin concretarse. Sánchez, de gira africana con doce asesores de comunicación, no tendrá que dar cuenta siquiera del papelón de Rodríguez Zapatero, que ha estado enredando en el grupo de Puebla para que dejen de presionar a Maduro.
Pero la actitud oficial del PNV, en esta cuestión, ha levantado ampollas en los sectores del partido que llevan muchos años trabajando con la comunidad venezolana en Euskadi. «!Se puede apoyar a Sánchez. Pero en todo, no. Mucho menos en su dejación con Maduro!», se quejan quienes participan en las manifestaciones de apoyo a la democracia en Venezuela, como la que se celebró en Bilbao hace unos días. Estaban juntos los del PNV y PP. Pero no se le vio a Aitor Esteban. Tampoco a Andoni Ortuzar. Entre los concentrados, Iñaki Anasagasti, Arruabarrena y Mikel Burzako. Los VIP brillan por su ausencia en este tipo de actos. De los 25.000 venezolanos que dependen del Consulado en Bilbao solo pudieron votar 1.280. ¿El resultado? El 3% a Maduro y el 97% a González Urrutia. Pero los exiliados también votan aquí. En Madrid. En Bilbao ¿Por qué siglas se decantaron ? Por quienes les han defendido. Hay partidos con falta de sensibilidad democrática. Y, además, son torpes.