Pablo Sebastián-Vozpópuli
  • Isabel Perelló se estrena al frente del gobierno de los jueces con una invocación a la independencia del Poder Judicial frente a Poder Ejecutivo

Adivina adivinanza ¿dónde está Zapatero? No se sabe pero, desde luego, no parece dispuesto a dar la cara y a opinar sobre lo ocurrido en Venezuela a pesar de su condición de ‘observador electoral’ del llamado Grupo Puebla, mientras crece la represión de Maduro que pretende encarcelar al vencedor de los comicios y ‘presidente electo’ venezolano Edmundo González.

Zapatero desaparecido y Sánchez desbordado en varios frentes y sin admitir preguntas de los periodistas. A lo mejor se reserva para una exclusiva con David Broncano en el estreno de su nuevo programa La Revuelta en TVE1, con el que quieren desbancar a Pablo Motos en el liderazgo televisivo de El Hormiguero en Antena 3 TV y en la franja horaria prime time del anochecer.

De momento, Sánchez ya ha colocado sin pudor y como se esperaba a su ministro Escrivá en el Banco de España. Pero Feijóo cree haber empatado (gracias a Sumar) el partido con el nombramiento de la magistrada Isabel Perelló en la Presidencia del Consejo General del Poder Judicial (que tiene pendientes los nombramientos de 126 importantes vacantes en la judicatura) y que se ha estrenado en la apertura solemne del ‘año judicial’ diciendo que ‘ningún poder del Estado puede dar instrucciones a los jueces’.

Lo que constituye un esperanzador arranque para la recuperación del Estado de Derecho y frente a la permanente intromisión del Gobierno en el Poder Judicial. Bien con el abuso de la Abogacía del Estado en el beneficio del propio Pedro Sánchez y su esposa Begoña Gómez, o bien con las muy recientes actuaciones del Fiscal General del Estado, García Ortiz, al que el Tribunal Supremo está a punto de imputar por la ‘revelación de secretos’ en el caso del novio de Isabel Ayuso.

Y así están las cosas, mientras se mantiene la incógnita sobre el alcance del ‘concierto fiscal’ catalán con el que Illa compró su investidura en Cataluña a ERC, de la misma manera que Sánchez le compró la suya a Puigdemont con la inconstitucional ley de amnistía. La que sin duda aprobará el TC a pesar de la anunciada abstención del ex ministro Campo quien, en coherencia con su previo posicionamiento, no debería abstenerse sino votar contra la citada Ley.

Mientras agita un llamamiento dramático a la unidad del PSOE ‘contra la extrema derecha’ y frente a las reticencias de García Page y Lamban al pacto fiscal con ERC

Entre tanto, Sánchez, para ahogar el alboroto del concierto fiscal, que los de Puigdemont califican de ‘calimocho para todos’, se ha sacado otro conejo de la chistera: el 41 Congreso del PSOE en Sevilla para final de noviembre. Al que el presidente y secretario general le endosará las facturas de las dos investiduras que él compró en Cataluña a los nacionalistas mientras agita un llamamiento dramático a la unidad del PSOE ‘contra la extrema derecha’ y frente a las reticencias de García Page y Lamban al pacto fiscal con ERC.

Y puede que recuperando viejas arengas de Felipe González a la militancia socialista cuando el estallido de los GAL diciendo aquello de ‘ahora toca la militancia pura y dura, !la piña!’, y así ocurrió. Y, naturalmente, Sánchez no perderá la ocasión para exhibir en el 41 Congreso a los condenados de los ERE de Andalucía que ‘indultó’ Pumpido en el TC como las víctimas de una Justicia justa (ni más ni menos que de los altos tribunales de la Audiencia Nacional y Tribunal Supremo) a la que acusan de politizada y estar al servicio del PP.

Calimocho fiscal para todos

Mientras tanto continua el silencio oficial del Gobierno y los enfrentamientos políticos a propósito del anunciado concierto fiscal para Cataluña, mientras desde ERC se amenaza, con la boca chica, a Sánchez si no le dan pronto y sin recortes el famoso cupo fiscal catalán. Pero en Moncloa creen que no romperán la baraja por el miedo de ERC a unas nuevas elecciones en Cataluña y cuando los republicanos están a punto de fulminar a Junqueras, al que el Gobierno de Sánchez pretende conceder un nuevo indulto para acabar con su vigente inhabilitación.

De igual manera, los de Junts airean sus falsas amenazas a un Sánchez que les acaba de consentir el paseo de Puigdemont por Barcelona. Lo que, sumado a la amnistía, le quita credibilidad al juez Llarena para lanzar una nueva euroorden de caza y captura de del prófugo de Waterloo. Los de Junts se allanarán y se beberán sin rechistar el ‘calimocho para todos’ de Sánchez. No en vano en Junts también teme que, si atacan a Sánchez, el presidente del TC, Conde-Pumpido, liquidará la ley de amnistía sin pestañear.

Ademas, todo apunta a que el velo del famoso concierto fiscal catalán no se va a levantar hasta después del 41 Congreso del PSOE para evitar protestas de sus barones, y puede que incluso hasta después de la Navidad.

Begoña, Koldo y demás escándalos

En cuanto a los ‘asuntos’ familiares de Sánchez -ahora parece que la pareja del ministro Albares también se colocó en otra empresa subvencionada- la cosa lleva su tiempo y todavía le quedan al juez Peinado diligencias varias por practicar en el caso de Begoña Gómez. Y lo mismo ocurre en Badajoz con la investigación judicial del hermano del presidente David Sánchez (cuya esposa japonesa parece que ha renunciado a las llamativas facilidades que le dieron los ministerios de Justicia, Interior y Exteriores) sobre sus andanzas y ausencias musicales en Extremadura y sobre sus diversas residencias en Tailandia, España y Portugal, así como sobre su fiscalidad.

En cuanto a Ábalos, el exministro de Transportes, que amenaza con votar en ‘conciencia’ -a buenas horas- en el Congreso y contra Sánchez todo apunta a que podría acabar en prisión vista la auditoría del ministerio Transportes en la que se aprecia que Ábalos compró por ocho millones de € mascarillas a los amigotes de Koldo a 2,5 € la pieza, rechazando ofertas mejores a 1,35 unidad. Por lo que Ábalos puede terminar muy mal salvo que tenga pruebas materiales que impliquen directamente a Pedro Sánchez y Begoña Gómez lo que de momento, no parece que sea así.

 Otra adivinanza ¿dónde está Feijóo?

Mientras tanto el PSOE, para calentar el ambiente de su 41 Congreso se ha lanzado en plancha contra el PP en los tribunales con motivo de ‘operación kitchen’ (han conseguido que se cite a declarar a Mariano Rajoy) ante el asombro de Feijóo. El que sigue sin pronunciar el nombre de Begoña Gómez, a la que el PP no convoca a declarar en el Senado a pesar de su imputación por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción.

Feijóo sigue a remolque de la iniciativa de Sánchez, reuniéndose en secreto (no escarmientan) como ahora ocurrió en Canarias sobre la inmigración u otras materias con el PSOE, Junts y PNV a la espera de un milagro. Como sería que los nacionalistas tumben a Sánchez lo que parece imposible. Entre otras cosas porque el PP de Feijóo ofrece a los nacionalistas la España autonómica y Sánchez les promete una España confederal y plurinacional, y ya veremos si también republicana.

Una moción de censura es ahora más necesaria como lo fue la que Feijóo debió haber presentado el 29 de mayo de 2023, tras su victoria municipal, para bloquear el adelanto electoral de Sánchez del 28-J

Pero el PP no se ha personado (como el PSOE en ‘kitchen) en los procesos judiciales en marcha de Begoña y del hermano de Sánchez, ni presenta una moción de censura en las vísperas del Congreso del PSOE para airear las muchas mentiras de Sánchez o denunciar la ley de amnistía, el concierto fiscal catalán, la continua invasión de las instituciones por el Gobierno o los paseos por Barcelona de Puigdemont.

Aunque, algo es algo, el PP acaba de presentar ante el TC un recurso de inconstitucionalidad en contra de la ley de amnistía. Una moción de censura es ahora más necesaria como lo fue la que Feijóo debió haber presentado el 29 de mayo de 2023, tras su victoria municipal, para bloquear el adelanto electoral de Sánchez del 28-J.

Una moción que tampoco quiere plantear ahora Feijóo con el argumento de que perderían la votación. Cuando la censura no solo sirve para derrocar al presidente de turno sino también para alertar a la ciudadanía sobre unos acontecimientos tan graves como la ruptura de la unidad fiscal del país, en pos de lo que Sánchez llama la España federal, que es tan inconstitucional como la amnistía y más bien asimétrica y confederal.