Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

No es fácil resumir en poco más de 2.000 caracteres un programa para Europa que necesita más de 400 páginas para explicarse, así que voy con la brocha gorda. Draghi hace un diagnóstico de la situación europea con el que es difícil discrepar. Opina que en Europa nos enfrentamos a una situación muy complicada. Arrastramos los pies por culpa de nuestra menguada productividad, mientras que EE UU y China esprintan gracias a su floreciente productividad.

¿Las causas? Diversas.

1. El tamaño de los mercados son similares, pero mientras que los de EE UU y China son una unidad en lo político y en lo mercantil, el de Europa es la suma de 27 parcelas diversas, con 27 centros de decisión autónomos. Ellos tienen una estrategia, nosotros 27. La de ellos la decide uno, la nuestra entre 27.

2. Utilizamos una energía muy cara porque hemos decidido renunciar a nuestras energías propias, como el gas y la nuclear. El proceso de descarbonización está salpicado de grandes costes fiscales.

3. Invertimos poco en innovación y hemos acumulado un retraso enorme. Solo cuatro de las 50 mayores compañías tecnológicas globales son europeas y las compañías innovadoras que desean crecer en Europa se ven obstaculizadas por regulaciones inconsistentes y restrictivas.

4. La transición energética es necesaria y conveniente. Pero, mientras que los objetivos perseguidos no se cumplen a nivel mundial, por culpa de los países contaminantes que no se sienten concernidos, el ritmo autoimpuesto supone un castigo que puede arrasar la industria europea.

5. La política arancelaria no pueden ser un arma de ataque, pero debe de usarse como política de defensa. No se puede jugar al póker cumpliendo las reglas, cuando los demás jugadores hacen trampas.

Todo esto, y más, para llegar a una conclusión tremenda: Si Europa no invierte la tendencia y consigue ser más productiva no podremos financiar el gasto social que nos hemos concedido. Un aviso descarnado para todos aquellos políticos que confunden deseos con derechos y que piensan que, su sola voluntad plasmada en unos BOE que manejan a su antojo, pueden transformar una realidad mundial que responde a otros criterios y les pasará por encima. Y a nosotros también.

Ese es, en resumen, su terrible pero acertado diagnóstico. La terapia que propone es también muy interesante, pero aquí no cabe, así que será necesario dedicarle otro día.