- El autor reflexiona sobre las oportunidades que se abren al partido que dirige Inés Arrimadas, que esta semana celebra su congreso.
Tuve el honor de presentar la enmienda de estrategia que resultó la más votada por los afiliados y que deberán debatir pues los compromisarios y que buscaba resaltar la utilidad de un centro valiente y valioso, capaz a la vez de combatir el nacionalismo y de defender una agenda reformista que el bipartidismo viene postergando por sus políticas de pactos centrífugos.
¿Qué España queremos? ¿Qué entendemos por una España mejor, por un mundo mejor? Junto a la labor de oposición con todos los mecanismos constitucionales frente al gobierno del engaño debemos dar a conocer un proyecto político bien definido, que sirva de guía para nuestra futura acción de gobierno. La política de pactos de Ciudadanos no debe comprometer nuestra autonomía internamente ni a ojos del electorado.
Cs no debe mirar solo hacia su derecha: también tiene que apelar a quienes se sienten engañados por el PSOE
La ley electoral penaliza la dispersión pero también se pierden votantes cuando se les reduce la oferta de propuestas políticas diferenciadas. Ciudadanos no debe mirar solo hacia su derecha porque construir una mayoría central también implica apelar a quienes se sienten engañados porque el PSOE pidió su voto para un proyecto de centro-izquierda y se lo entregó a los nacionalistas.
España necesita un Ciudadanos posibilista: no un posibilismo resignado sino el que hace posible lo que otros ni siquiera sueñan. Lo hemos dicho siempre: imposible es solo una opinión. En esa estrategia aún por refrendar, pero que en estas primeras semanas bajo la batuta de Inés Arrimadas ha empezado a tomar forma, se propone una utopía realista a través de cinco ejes: un nuevo contrato social, la igualdad entre mujeres y hombres como causa nacional, la apuesta por la infancia y la juventud, la reforma territorial y la integración europea, y la mejora de la democracia y la representación.
También se introducen en la enmienda algunas medidas programáticas como una Prestación Individual de Eficacia y Libertad, una segunda piel de protección a los ciudadanos que garantizaría automáticamente ingresos suficientes para todos sin crear trampas de pobreza ni desincentivar el trabajo ni la innovación, como sí ocurrirá con las burocráticas medidas asistencialistas que propone el gobierno.
En la Asamblea también se debatirán dos enmiendas a la totalidad de estatutos, la más apoyada por las agrupaciones y la que recibió más votos directos de los afiliados. En ambas se apuesta por reforzar los mecanismos de representación y contrapesos dentro del partido. No se trata de ser ingenuos respecto al artículo 6 de la Constitución Española: “La estructura interna y el funcionamiento interno de los partidos políticos deberán ser democráticos”. La sociología política ha descrito ampliamente la tensión entre eficacia y pluralismo, y el derecho propone soluciones menos garantistas dentro de cada partido que las que se exigen para la competición entre partidos para acceder a las instituciones.
Es más necesario que nunca reconstruir la hegemonía de la centralidad, que inauguró con pragmatismo Suárez
Los problemas de democracia interna están tristemente muy extendidos en nuestro país, pero si queremos que los españoles confíen más en la política es necesario ser ejemplares. Tengo confianza en que la nueva presidenta apostará por un proyecto, unos estatutos y unos órganos internos que demostrarán dentro del partido la apertura con la que queremos convencer a todo el país.
Es tiempo reflexionar sobre los profundos cambios que vivimos y la manera de ser útiles a España. La dinámica electoral lleva a que haya sido siempre del partido más votado donde surja el presidente del gobierno. Probablemente así seguirá siendo y la moción de censura que necesitó hasta de los votos filoetarras será precisamente la excepción que confirma esta regla. Por eso, es más necesario que nunca reconstruir la hegemonía de la centralidad, que inauguró con pragmatismo Suárez, se situó en la socialdemocracia de González, pasando por el liberalismo hasta la democracia cristiana de Aznar.
Esas alternativas que llegaron a lograr por sí solas mayorías absolutas quizá en algún momento deberán reunirse para asentar lo logrado en el periodo constitucional e imponerse en las urnas al populismo plurinacionalista que ha crecido alimentado por el adoctrinamiento y que ha provocado como reacción que se desgaje de la derecha el conservadurismo intolerante.
Quienes estamos en Ciudadanos debemos tener claro que cualquier partido es un instrumento y nunca un fin, para servir con generosidad y coraje a nuestro país que necesita reescribir el contrato social desde la moderación y la voluntad de incluir. Volveremos a demostrar que para situaciones difíciles no hay soluciones fáciles aunque a veces sí son sencillas.
*** Víctor Gómez Frías es afiliado de Ciudadanos.