EL MUNDO 18/11/13
· La víctima que aguardó al etarra liberado dice que ‘ahora comienza la guerra pacífica’
Francisco Mateo y Guadalupe Sánchez dicen que no tienen miedo y que por eso dieron un paso adelante protestando contra la excarcelación de Kubati el pasado jueves a las puertas de la Prisión de El Puerto I, en Cádiz. «¿Qué queremos? Pues está claro, que se mueran en las cárceles, que cumplan las penas íntegramente», dice Francisco, de 57 años, parado, natural de Vejer de la Frontera. «Cuando supe que el asesino de mi hermano iba a salir de la cárcel me descompuse, supe que tenía que ir a recibirlo. Nos dijeron que iba a salir el viernes, pero seguro que era para despistarnos. Alguien nos confirmó que no, que sería el jueves».
Recuerda el encuentro con José Antonio López Ruiz, histórico etarra con 13 asesinatos a su espalda, cuando le miró fijamente a la cara. «Yo no iba a hacerle daño, le dije de todo, pero el tío estaba frío como el hielo». Desde ese día, decenas de vecinos y muchas personas desconocidas le han agradecido el gesto. «Y yo le digo a España entera que salga a la calle, en cada pueblo y que no tengan miedo».
Mateo se hizo muy popular cuando en 2010 recorrió España en su moto pidiendo justicia. «No me hicieron ni caso». Son cinco hermanos. El sexto era Antonio Mateo, cabo primero de la Guardia Civil. Lo mataron en Ordicia (Guipúzcoa) a quemarropa, por la espalda, de dos tiros, mientras paseaba de paisano con familiares. Kubati le asestó el segundo tiro cuando estaba en el suelo.
Él nunca olvidará el 1 de noviembre de 1987. «Me avisaron sobre las ocho y media de la tarde de que mi hermano Antonio había sido asesinado. Ya llevaba algún tiempo allí, se había casado, no pensábamos que pasaría nada. Pero estos hijos de puta lo mismo matan a niños que mayores, a civiles o policías o guardias. Eso no se puede hacer, estamos en democracia para hablar, para dialogar y respetar la ideología de cada uno, pero no para matar por nada. Lo que digo es que el que la haga que la pague. Que se queden ahí y punto», exclama.
Mateo cree que la situación es insoportable «con estos asesinos fuera, en la calle». «El saco está a punto de reventar, está demasiado lleno, hemos aguantado mucho pacíficamente y aquí no se arregla nada, al contrario, se pisotea a las víctimas, se beneficia a Bildu, a Sortu. Yo no voy a permitir que pisoteen ni a mi hermano ni a ninguno, no vamos a permitir eso y ahora es cuando comienza la guerra pacífica, ¿eh? Ahora es cuando empieza».
Guadalupe Sánchez, de 52 años, extremeña residente en Jerez, auxiliar de enfermería, no se lo pensó ni un segundo cuando conoció la excarcelación de Kubati. Llamó a la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza: «‘Quiero ir a la cárcel’, le dije. Tiré de la agenda y llamé a mucha gente». Guadalupe no cree en el arrepentimiento de los terroristas: «¿Han pedido perdón? ¿Han entregado las armas? Yo lo que pido es cadena perpetua».
Su hermano era inspector de la Policía Nacional en San Sebastián. Sufrió tres atentados, uno en su casa, del que se salvaron los cuatro, los dos niños pequeños y el matrimonio, por una huelga de transportes. «Él los mandó a Extremadura. Luego hubo un tiroteo y se salvó también. Un día tenía un juicio de un etarra y por falta de medios tuvo que llevarse su coche, donde le habían puesto la bomba». Sufrió heridas de las que pudo recuperarse. Ahora es delegado de la AVT en Extremadura.
Ella afirma que, como delegada de la AVT en Cádiz y Huelva, tiene «todo el derecho de mundo a abrir la boca». «El error ha sido de quienes modificaron la ley. Me avergüenzo de nuestros políticos, de nuestros jueces». «¿Por qué se ha liado la que se ha liado porque hayamos ido a la cárcel?», se pregunta, y alerta de «más actos».