EL MUNDO, 06/02/12
¿Qué es un tópico? ¿Por qué los empleamos? ¿Qué dicen de nosotros? ¿De qué manera calan en nuestra manera de pensar? Ése es el terreno de ‘Tantos tontos tópicos’ (Ariel), ensayo del filósofo y catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad del País Vasco. Arteta explica a ELMUNDO.es en un correo las reflexiones que se lleva de su trabajo.
Tópicos malos y tópicos peores
«He querido hacer una selección y crítica de lugares comunes, pero sólo de aquellos que muestran a las claras un carácter moral y político. Por eso mismo son más peligrosos que otros, puesto que estos tópicos son prácticos, es decir, pretenden transformar la conducta individual o colectiva. Hay algo que está presente en todos ellos, digamos que la ignorancia y la pereza mental. En nuestro país y en este momento, además, delatan las actitudes y creencias dominantes: el relativismomoral y cultural, la igualación de todos y en todo, el tramposo recurso al derecho para justificar nuestra falta de virtud…».
Lo que significan los lugares comunes
«Un tópico es un comodín verbal, una muletilla, que decimos simplemente porque se dice. O, lo que es igual, porque nos ahorra el costoso ejercicio de pensar o juzgar por nuestra cuenta y así además nos evita riesgos. Eso significa que los tópicos nos permiten ‘ser de los nuestros’, estar a buenas con el grupo, congraciarnos con la mayoría y aceptar lo que está mandado. Si con frecuencia son ‘frases hechas’, es porque nos las dan ya preparadas y nos las apropiamos sin esfuerzo».
¿Por qué no conseguimos deshacernos de ellas?
«A menudo, porque carecemos de las ideas capaces de sustituirlas. Pero, más todavía, porque cuestionar esos tópicos nos volvería sospechosos a los ojos de los otros, de las personas ‘normales’, que no nos lo perdonarán. Separarnos del rebaño siempre molesta al rebaño porque denuncia el borreguismo. Nos servimos de los tópicos para no quedarnos solos y vivir en paz».
Un mundo repipi
¿Empleamos más tópicos que hace 20, 30 o 40 años? ¿Se está convirtiendo nuestro mundo en un mundo más repipi y recitador? «Pues no lo sé, pero el ser humano siempre parece haber sido amante de refranes y dichos, verdaderos o falsos, que condensen las creencias colectivas de sus comunidades. Lo que sí creo es que el mundo contemporáneo se recreará cada vez más en los tópicos, en la misma medida en que prescinda de los estudios de Humanidades y predomine la mentalidad técnica y productiva, la urgencia empobrecedora del ‘ir al grano'».
Tópicos políticos
«Muchos de ellos son ya directamente políticos, expresan prejuicios políticos (por ejemplo, sobre la democracia) y tienen indudables efectos públicos. En el libro sostengo que, en general, tanto izquierda y derecha como jóvenes y viejos incurren en los mismos tópicos (‘Es una persona muy normal’ o ‘Una cosa es la teoría y otra la práctica’). Sólo a unos pocos se les adivina enseguida su filiación. ‘Seamos tolerantes’ o ‘Bueno, es su cultura’ suenan de izquierdas; mientras que ‘La política es asunto de los políticos’ o ‘No tengo madera de héroe’ se acomodan más a la derecha. A poco que se piensen, irritantes son todos. ¿Los que más? Me sacan de quicio los de «Condenamos la violencia, venga de donde venga», «Todas las opiniones son respetables» o «No es ni mejor ni peor, sino simplemente distinto»… Esos tópicos destrozan el sentido de ciudadanía».
EL MUNDO, 06/02/12