EL MUNDO – 25/04/16
· El Congreso votó esta semana una iniciativa de ERC para bajar la edad del sufragio a 16 años, lo que supondría 800.000 nuevos votantes que, según el CIS, impulsarían a Podemos y C’s.
· Gabriel Rufián quiere que los jóvenes comiencen a votar a los 16 años y sepan más de Buenaventura Durruti –las únicas iglesias que iluminan son las que arden, solía decir el anarquista citando al príncipe Kropotkin– que de Belén Esteban –«Andreíta cómete el pollo»–.
El pasado martes, el diputado de ERC enarboló en el Congreso la bandera de la reforma que rebajaría la mayoría de edad y añadiría más de 800.000 nuevos votantes al censo electoral. La iniciativa fue aprobada por la mayoría del Congreso frente a la oposición de PP y C’s, que la tacharon de oportunista. Puede que tengan razón. O no.
Dos chicos hablan en la puerta de un colegio público en el centro de Madrid. Por supuesto, saben quién es Belén Esteban y Durruti… les suena a un boxeador. ¿Qué votaríais en las siguientes elecciones? Los dos se encogen de hombros. «No sé. No me lo he planteado», dice uno. El otro parece más espabilado. «Creo que a Podemos pero pasamos bastante de la política». A tres manzanas hay otro colegio. Es la hora del recreo. «Yo si tuviera que votar, lo haría a C’s». Un muchacho algo granujiento contesta que en su casa son socialistas, pero que él votaría a Podemos. «Pues en el Británico casi todos somos del PP», dice el hijo de una familia residente en Pozuelo. Basta pasearse por los patios de los colegios para entender la postura del PP [aunque no tanto la de C’s].
«Claro que puede considerarse una medida oportunista. Permitiría que ERC obtuviera un mejor resultado aunque no afectaría demasiado en el número de escaños ya que tampoco son demasiados votos», dice Oriol Bartomeu. [No en vano, la formación ya anunció que incluiría a este segmento de población en el censo que debería votar una supuesta consulta independentista como ya hicieron los independentistas escoceses, aunque con poco éxito]. Este politólogo catalán considera, sin embargo, que sería una reforma lógica ya que si a partir de 16 se pagan impuestos y se tiene responsabilidad penal (aunque no para ir a la cárcel –ni para fumar y beber–), también se debe de poder votar. Un análisis en el que también coincide Jorge de Esteban, catedrático de Derecho Constitucional. «A los 40 años también hay gente inmadura o inculta. Además, no tengo tan claro que los adolescentes sean mayoritariamente de izquierdas».
Casi todos los estudios reflejan que el 56,5% tiene poco interés en la política. Según un informe del Injuve de 2011, el 27,8% de los españoles menores de 19 años dice identificarse con posturas de izquierdas frente a un 11,6% que se dicen de derechas. Sorprendentemente, el 32,7%, el porcentaje más alto, como sucede entre los adultos, se sitúa ideológicamente en el centro. Jaime Miquel, especialista en comportamientos electorales, y autor de La Perestroika de Felipe VI, cree que en cualquier caso la mayoría de los 800.000 nuevos votantes se decantaría por los nuevos partidos, tal y como sucede entre los 18 y los 35 años. Como indica el último CIS, los jóvenes votan en su mayoría a Podemos y C’s, mientras que PP y PSOE apenas sobrepasan el 20% entre los dos.
El comportamiento de los jóvenes en España no es aislado. Una encuesta en Reino Unido, otro de los países que debate la necesidad de llevar a cabo esta reforma electoral, señala que, si bien Conservadores y Laboristas son la opción favorita de los menores de 18 años, los Verdes y el UKIP [la formación antieuropea] representan el 19% y el 11% de sus votos, respectivamente. En Austria, país en que la medida está aprobada desde 2008, el Partido Popular (ÖVP) se impone claramente a socialdemócratas y ecologistas –27% frente a 9% y 15%–, mientras que el Partido de la Libertad (FPO), considerado nacionalista, alcanza el 21%.
El dato austriaco vendría a refutar el argumento de que los menores de 16 son más de izquierdas aunque, en efecto, parezca probado que sí adoptan posiciones más radicales. El motivo no estaría tan relacionado con el contexto cultural y familiar de los votantes, sino que se trataría más bien de una cuestión fisiológica. Aunque esto es una teoría. Un estudio realizado por neurocientíficos de Harvard indica que el córtex –la zona prefrontal del cerebro que regula las emociones y juzga la relación coste-beneficios– no termina de desarrollarse hasta los 25 años y que éste es el motivo –así como la ausencia de responsabilidades familiares– por el que los jóvenes tienden al idealismo y a los partidos menos tradicionales.
Según Fernando Gil, catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca, que se pueda votar a los 16 «está en sintonía con cierto repunte del interés de los jóvenes en la política, compatible con una desconfianza y actitud crítica hacia los partidos políticos tradicionales y la cultura de la corrupción política. Las causas de esta doble postura hay que buscarlas en el aumento de la vulnerabilidad juvenil, en el malestar de unas generaciones que han ido perdiendo puntos de anclaje en su identidad y en el resurgir de movimientos ciudadanos que permiten expresarlo y luchar por mejorarlo. Esto último incluye la promesa de emancipación y una mayor justicia social».
Belén Hoyo, miembro del PP, contradice esta opinión. «Nuevas Generaciones es uno de los movimientos juveniles más potentes del país. Nosotros no decimos que rebajar la edad para votar no sea oportuno, sino que no puede plantearse ahora a mes y medio de unos comicios. A nosotros nos criticaron nuestro proyecto de reforma electoral porque les parecía que se hacía con poco tiempo». Javi Martínez, de 20 años y miembro de Podemos, cree, sin embargo, que la medida obligará a los políticos y jóvenes a implicarse más. «La mayoría de los votantes del PP son ancianos». Pero, dado los pésimos resultados de España en los diferentes indicadores educativos, ¿no sería mejor perfeccionar el rendimiento académico de los adolescentes para convertirles en votantes responsables? «No creo que pase nada por rebajar la edad para votar. El fracaso escolar no es determinante». Sofía Miranda, de C’s, cree que se debería mantener la mayoría de edad electoral en 18 años porque es la que se consensuó en la Transición. Anteriormente, en distintas etapas del Siglo XX se habían situado en los 21, 23 y 25.
El debate propuesto por ERC remite a una de las sesiones más apasionantes de la historia del Parlamentarismo español: la que enfrentó a Clara Campoamor (Acción Republicana) con Victoria Kent (Partido Republicano Radical Socialista) en 1931 por la aprobación del voto femenino, al que la izquierda se oponía por el tradicional apego femenino a la religión que beneficiaría a la derecha conservadora.
Un tuit de Rufián del año pasado. «Queréis que Belén Esteban no gane un reality y 10 minutos sin Rivera o Arrimadas en La Sexta, Cuatro o Telecinco. Y todo no puede ser». Pues no, no nombró a Durruti.
EL MUNDO – 25/04/16